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La conciencia del gobernante

foto Cañellas (4)  por Antonio Cañellas, historiador

Propósito de una efeméride                                                   [article en français, ici]

   El 31 de julio se cumplió el 30 aniversario de la muerte repentina del rey Balduino de Bélgica a los 62 años de edad en su residencia vacacional de Villa Astrida, en Motril (España), convertida ahora en casa-museo. Allí se celebró un homenaje al que asistió su sobrino don Felipe, actual monarca de los belgas, y en el que también participó la reina emérita de España, doña Sofía.

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   Perteneciente a la dinastía Sajonia-Coburgo, Balduino accedió al trono en 1951. Confirmada la abdicación de su padre, Leopoldo III, el joven monarca y el gobierno tuvieron que encarar la reconstrucción nacional después de la Segunda Guerra Mundial.

  En 1960, al tiempo que contrajo matrimonio con la aristócrata española, Fabiola de Mora y Aragón, afrontaría la independencia del Congo en medio del proceso internacional de descolonización. Su papel también resultó determinante para preservar la unidad de los belgas.

   Sin embargo, probablemente sea más conocido por la insólita postura adoptada ante la tramitación de la ley que despenalizaría el aborto en Bélgica en 1990. La negativa a sancionar una norma que constitucionalmente correspondía al monarca provocó una crisis institucional sin precedentes. Su función se limitaba a corroborar lo dispuesto por las asambleas, sin contemplar siquiera hipotéticas cuestiones de conciencia.

   A partir del análisis del contexto y la relación histórica de los hechos, nos platearemos si el responsable público debe entregarse a las decisiones de una mayoría, abjurando de su propia conciencia, o corresponder −según el principio de la obediencia debida− a las resoluciones dictadas por la norma legal.

Un contexto agitado

   Con la revolución cultural de 1968 se pusieron en tela de juicio los principios que, injertados en la savia del cristianismo, habían reanimado las sociedades europeas de Occidente después de la Segunda Guerra Mundial. Fue la generación nacida tras el conflicto, criada en un período Mao Zedong - Biografía, quién es y qué hizo | 2021 | Economipediade paz en el que surgiría el Estado del bienestar, la que precipitaría un cambio de paradigma. La revuelta de los universitarios estuvo envalentonada por los grandes teóricos de la revolución, de inspiración marxista, en medio de un mundo polarizado entre comunistas y capitalistas. Desde China, Mao-Tse-Tung programó una transformación radical que eliminara la ideología burguesa, que creía todavía presente en el marxismo[1]. En Europa, la fórmula italiana del eurocomunismo cobró un vigor especial. La sutil infiltración de los presupuestos marxistas dentro de las estructuras de la sociedad civil, sobre todo en el ámbito cultural y educativo, aceleró por ósmosis el cambio de las mentalidades[2]. La implementación del programa queAntonio Gramsci y el periodismo elucubró Antonio Gramsci sobre una concepción humanista basada en el inmanentismo absoluto (teoría en la que el individuo determina por sí mismo y de manera radicalmente autónoma la licitud de sus actos, con independencia de categorías morales objetivas) redundaría en la supuesta liberación del hombre, desligándolo de cualquier dimensión religiosa o metafísica[3]. La conciencia no se presenta entonces como núcleo íntimo y racional de discernimiento ético, de conformidad con el orden moral inherente a la naturaleza creada, sino como fuente generadora de su ética particular.

   A esta autopercepción contribuyó la conjugación del psicoanálisis de Freud con las tesis de Marx. De aquí resultaron unas teorías de enorme relevancia en ese contexto de rebeldía generalizada, también en el campo femenino y de la sexualidad. Para Herbert Marcuse, la libertad humana radicaría en la pulsión del instinto sexual que la sociedad burguesa habría orientado hacia la producción capitalista. La felicidad consistiría, pues, en deshacer esa subordinación superando cualquier género de convencionalismos que asfixiaran la libre expresión del placer sexual. Observer picture archive: My clothes and I, by Simone de Beauvoir, 20 March  1960 | Photography | The GuardianPor su parte, en su obra El segundo sexo (reeditada desde 1949), Simone de Beauvoir extrapoló la lucha de clases sociales del marxismo a la lucha entre sexos. La mujer, equivalente a la clase obrera oprimida, debía despojarse del yugo patriarcal. El aborto voluntario se presentaba así como una afirmación de la individualidad femenina, desligada de la maternidad y de los condicionamientos socioculturales impuestos por el varón[4].

   Las consecuencias de toda esta convulsión terminaron calando en la política parlamentaria de Europa. Al apelar al inmanentismo absoluto se avivó una de las cepas ideológicas del liberalismo, presentado como progresista, común con la que sostenía el socialismo. La estrategia comunista de atraer a la intelectualidad burguesa mediante la persuasión en aquellos puntos coincidentes sobre la política y el desarrollo material, perseguía la adecuación de una plataforma que facilitara la conquista de las sociedades occidentales[5].

   Los cambios legislativos sobre el aborto son una muestra clara de lo explicado hasta aquí. El Reino Unido inauguró en el oeste europeo una serie cronológica que desde 1968 despenalizaría la interrupción del embarazo en varios supuestos[6]. Francia se incorporaría al proceso en 1975; la República Federal de Alemania en 1976; Italia en 1978[7], al igual que en Luxemburgo, donde el Gran Duque (cuñado del rey Balduino) sancionaría la ley conforme a los preceptos constitucionales; Países Bajos entre 1981 y 1984; y España (tierra natal de la reina Fabiola) en 1985.

La situación belga

   Esta creciente homologación legislativa en el seno de la CEE previno al rey de los belgas ante la inminencia de lo que consideraba un embate en toda regla. La primera tentativa llegó en 1986. Dos Gebruik ethiek niet als pasmunt | De Standaard Mobilesenadores: Roger Lallemand y Lucienne Herman-Michielsens, del partido socialista y liberal, respectivamente, depositaron una propuesta de ley favorable al aborto. Sin embargo, la complejidad de la política belga para conformar el gobierno paralizó momentáneamente aquella iniciativa. Era una cuestión de tiempo. La alianza ideológica de aquellos partidos sobre los supuestos del humanismo inmanentista despejaría los trámites legislativos. En junio de 1989 pudo constituirse una comisión senatorial que abriría el correspondiente debate. La correlación de fuerzas parlamentarias dejó al Partido Social-Cristiano del Primer Ministro Wilfried Martens Martens en minoría frente a los partidarios de la proposición, que salió adelante en noviembre. Debía pasar ahora el examen de la Cámara de Representantes. Mientras tanto, el rey, conocido por sus convicciones cristianas, y a quien correspondía el poder ejecutivo regulado por la Constitución (art. 29) con el nombramiento y separación de los ministros (art. 63), previa consulta con los actores políticos implicados, empezó una ronda de contactos expresando su malestar e intentando persuadir de la injusticia del proyecto[8]. Son reveladoras las notas tomadas de su oración personal en diciembre de aquel año:

El cerco se cierra cada vez más en torno al aborto… Señor, todo esto me obliga a no buscar apoyo más que en Ti. Guíame, Señor. Concédeme la gracia de estar dispuesto a morir por seguirte. Cada vez me doy cuenta de que cualquiera que sea la actitud que exijas de mí significará una especie de muerte. Me he embarcado solo, con mi conciencia y Dios[9].

   Parece obvio que el monarca se percataba de una dificultad que, llegado el momento, o bien le exigiría suscribir la ley del aborto en contra de su conciencia; o bien renunciar al amparo o refrendo del gobierno (art. 64) asumiendo en soledad su decisión con todas las consecuencias.

  En el mensaje televisado de Navidad el rey resolvió expresar públicamente y sin ambages su posición. Para ello acudió a argumentos de autoridad con la cita textual de la Declaración de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas:

«El niño, por su falta de madurez física e intelectual, necesita una protección especial, un cuidado especial, en particular una protección legal adecuada antes y después de su nacimiento». Esta es una declaración importante −añadió− que no se puede ignorar[10].

Il y a 25 ans, la Belgique n'avait plus de roi

   De este modo, con su lectura solemne quería apelar al derecho internacional. El documento se apoyaba, además, en las directrices básicas del derecho natural. Es indudable que las palabras del rey presuponían la racionalidad de la naturaleza, de la que dimanaría el derecho innato de todo ser humano, erigido en principio elemental de la justicia[11]. Se percibe aquí el pálpito del magisterio católico que, al proclamar la doble naturaleza de Cristo, divina y humana, sublima ésta última confiriéndole una dignidad intrínseca e inalienable, de la que sería portador todo ser humano desde su concepción y con independencia de sus cualidades (físicas o Recordando a Juan Pablo II, el Papa de los niños (Videos)intelectuales). De aquí la ilicitud del aborto, como recordarían las enseñanzas del Papa Pablo VI y Juan Pablo II[12]. Esta visión antropológica complementaba la sostenida por Hipócrates en la antigua Grecia. Como médico-filósofo reclamó el cuidado integral de todo paciente «preservándole de todo daño e injusticia». Las resoluciones contrarias a la vida humana como el suicidio farmacológico o el aborto quedaban consiguientemente excluidas de la deontología médica[13].

Conciencia y política

   La llamada de atención del rey no impidió que la Cámara de representantes aprobara la proposición de ley el 29 de marzo de 1990. Esa misma jornada el monarca tomó la determinación de no sancionar el proyecto. A la luz de su conciencia moral, esa era la opción más SONUMA | Les archives audiovisuelles : Baudouin et la moraleacorde con el bien y la dignidad de los concebidos. Así lo había mostrado la acción social de la fundación que portaba su nombre con la asistencia de las madres gestantes en situaciones difíciles e incluso dramáticas. La posición del rey no significaba, por tanto, una insensibilidad hacia los graves problemas que pudieran sufrir las mujeres embarazadas. Así lo comunicó al primer ministro Martens en una carta que le entregó en la audiencia que celebrarían a la mañana siguiente.

      En sus líneas, el monarca también interpretó que el artículo 26 de la Constitución entrañaba una responsabilidad para él −aunque atenuada por el refrendo legal exigido de un ministro− como tercera rama del poder legislativo. Su conciencia le imposibilitaba admitir la validez de una norma que enjuiciaba contraria al derecho natural (el amparo de la vida de los más débiles, en este caso) sobre el que debía fundamentarse la legislación civil. Ésta prescribía que la interrupción voluntaria del embarazo debía realizarse antes de la decimosegunda semana después de la concepción (art. 2. 1. a). Después de este plazo de libre disposición, podría seguir practicándose el aborto legal bajo los supuestos de peligro para la salud de la madre; y en caso de una afección grave e incurable para el feto en el momento del diagnóstico (art. 2. 4). La objeción del rey al proyecto en general se singularizó de modo especial en este puntoBalduino discapacitados mediante una lacónica interpelación: ¿Han pensado ustedes cómo será percibido semejante mensaje por los minusválidos y sus familias? La dignidad inherente que el rey Balduino apreciaba en la condición humana chocaba con dicha propuesta. Para él se trataba de un impedimento insalvable de conciencia, que quiso reivindicar como un derecho humano y ciudadano contemplado en la Constitución: ¿Es normal que yo sea el único ciudadano belga obligado a actuar contra su conciencia en un asunto esencial? ¿La libertad de conciencia vale para todos, menos para el rey?[14]

  En opinión de Roger Lallemand (coautor de la proposición que despenalizaba el aborto), la ambigüedad de la Constitución sobre el papel del Jefe del Estado había permitido que, en este caso, la objeción de conciencia revirtiera en una suerte de veto del rey que el ordenamiento jurídico no le reconocía en absoluto. Al menos desde 1949 la doctrina constitucional del acto debido exigía la ratificación ministerial de todas las actuaciones del rey con tal de no dejar descubierta a la Corona. De lo contrario, existía un peligro cierto de incoherencia del régimen. La publicitación de posibles juicios éticos del rey podía comprometer la legitimidad de un acto del parlamento como depositario legal de la soberanía del pueblo belga[15].

   A la vista de este inconveniente, el monarca aceptó la sugerencia del primer ministro Martens de incluir un párrafo al documento original en el que manifestaba su deseo de evitar cualquier obstrucción al normal funcionamiento de las instituciones democráticas. Se intentaba abrir así una brecha que permitiera, de algún modo, salvar la situación[16]. Balduino concluyó su misiva invitando al gobierno y al parlamento a buscar una solución jurídica que pueda conciliar el derecho del rey a no obrar contra su conciencia y la necesidad del buen funcionamiento de la democracia parlamentaria[17]. En este sentido, el monarca actuó lealmente hacia las demás instituciones del Estado advirtiendo el error en el que, según su parecer, estaban incurriendo. Por esta misma razón, el rey Balduino no se supeditaría a una obediencia ciega o autómata (la que, en principio, debía constitucionalmente el Jefe del Estado a las Cámaras legislativas) sin preguntarse primero por la justicia y moralidad de sus decisiones, según había prescrito la tradición jurídica ligada a la escolástica. Así las cosas, el rey no optó por abdicar, Le roi Baudouin et son ami rwandais Habyarimanacomo a veces se ha dicho; aunque tampoco descartó que la situación terminara forzando su renuncia con tal de impedir el naufragio definitivo de la monarquía[18]. Tampoco parecía que dicha medida fuera a resolver el problema, que irremisiblemente habría de heredar el sucesor al trono (comprometido por la firme actitud de Balduino). Una disolución anticipada de las cámaras adelantando las elecciones no aseguraba una victoria aplastante del Partido Social-Cristiano en el difícil tablero político belga. Los sondeos tan sólo le proporcionaban una ligera ventaja, sin fuerza para desechar aquel proyecto de ley. Una reforma constitucional que permitiera la abstención del rey en la sanción de algunas leyes resultaba inadmisible para los socialistas.

    Finalmente se reinterpretó el artículo 82 de la Constitución, que fijaba el mecanismo de regencia en caso de que el rey se encontrara física o psíquicamente imposibilitado para reinar. Balduino aceptó la solución por carta el 3 de abril. Dos días más tarde las cámaras lo aprobaron y el gobierno, como órgano regente, sancionó y promulgó la ley. Automáticamente cesó el impedimento del monarca, que recuperó sus funciones de Estado.

Conclusión

   Si bien la determinación del rey Balduino mereció los elogios de la Iglesia Católica[19] y de algunos sectores de la opinión pública, también generó algunos dilemas de conciencia entre varios dirigentes políticos. El primer ministro Martens, por ejemplo, se lamentó de haber tenido que sancionar la ley del aborto como miembro de la regencia cuando días antes, en el parlamento, había votado en contra. Como otros, se justificaría apelando a la responsabilidad política. La continuidad de la Corona, en Wilfried Martens: Belgian PM held nation togethertanto que garantía imprescindible para la unidad de los belgas, demandaría ceder en un mal –a priori legalmente corregible− con tal de evitar traumas políticos mayores como la desintegración territorial del país. Este móvil no deja de enmarcarse dentro del sentido moderno de la razón de Estado (la justificación de su permanencia más allá de criterios éticos) en medio de un clima cultural hipertrofiado. Si el sistema democrático tiene como primer esfuerzo el de crear una estructura social justa, esto es, fundada en las bases éticas del derecho[20], cabe preguntarse si hay justicia y derecho cuando un grupo -la mayoría, en esta circunstancia- aplasta con pretendidas leyes a otro (en este caso, el de los seres humanos vulnerables que están por nacer). La manipulación del lenguaje, mediante una reinterpretación inmanentista de las grandes declaraciones sobre los derechos del hombre, corrobora esa tendencia gramsciana a subvertir, por completo y desde dentro, su contenido.

    La cuestión de fondo estriba en saber si hay en la naturaleza un orden generador del derecho y que, además, precede a cualquier decisión de la mayoría, debiendo ser respetado por ella[21]. Únicamente sobre la demostración racional de la inmutabilidad moral puede confirmarse esta premisa, originando una conciencia de servicio y obligación[22]. Si atendemos a los argumentos desgranados, esta inteligibilidad descargapredispondría a una aceptación de las realidades metafísicas. La Revelación cristiana vendría a completar el desarrollo de la conciencia, al dotarla de una superior capacidad para interpretar y aplicar juiciosamente la objetividad de la norma moral en cada circunstancia. De esta coherencia resulta la actitud del rey Balduino, más allá de la opinión mayoritaria de la sociedad o de los partidos políticos que, por sí misma, evidencia que no puede erigirse en criterio ético que obligue en conciencia.

[1] Mao-Tse-Tung, Citas del presidente Mao, Pekín, 1967, pp. 7-9.

[2] Augusto del Noce, Italia y el eurocomunismo: una estrategia para Occidente, Editorial Magisterio Español, Madrid, 1977, pp. 91-92.

[3] Rafael Gómez Pérez, Gramsci. El comunismo latino, Eunsa, Pamplona, 1977, pp. 154-155.

[4] Simone de Beauvoir, El segundo sexo, Siglo Veinte, Buenos Aires, 1962, pp. 53-55.

[5] El caso de Italia es muy ilustrativo al respecto. Como bien indica Rafael Gómez Pérez, la maniobra del Partido Comunista por alcanzar un compromiso histórico en la gobernación del país abrigada el propósito de difundir una cultura laicista que acelerara la descristianización de la sociedad para configurarla a su ideario; op. cit., pp. 172-173.

[6] Posteriormente, la mayoría de las legislaciones europeas han adoptado sistemas de plazos en el período de gestación para la práctica libre del aborto.

[7] Ya en el referéndum de 1974 sobre la revocación de la ley del divorcio promulgada por la Cámara de Diputados en 1970, el líder democristiano Amintore Fanfani advirtió a los votantes que si aquella ley no se derogaba quedaría expedito el camino para la aprobación del aborto, como de hecho ocurrió. Véase Maurizio Crippa, «Fanfani, Pasolini e storie cattoliche», Il Foglio (13/05/2014).

[8] José-Alain Fralon, Baudouin. L´homme que ne voulait pas être roi, Fayard, Paris, 2001, pp. 350-351.

[9] L. J Suenens, Balduino. El secreto del rey, Espasa-Calpe, Madrid, 1995, p. 124.

[10] Fragmento extraído del documental Baudouin. Entre le coeur et la raison (épisode 3). RTBF. CANVAS, 2013 (la traducción es nuestra). Véase también, José-Alain Fralon, op. cit., p. 352.

[11] El filósofo Julián Marías ha querido explicar esta realidad antropológica desde el uso espontáneo y elemental de la lengua: «El nacimiento de un niño es una radical innovación de la realidad: la aparición de una realidad nueva […]. El hijo es siempre alguien. No un qué, sino un quién, alguien a quien se dice , que dirá en su momento, yo [ambos son pronombres que indican una realidad personal, nunca una cosa u objeto]. Y este quién es irreductible a todo y a todos […]. Es un tercero absolutamente nuevo, que se añade al padre y a la madre […] ese quién que hará que sean tres los que antes eran dos […]. Esto es lo que se impone a la evidencia sin teorías, lo que reflejan los usos del lenguaje». Julián Marías, Sobre el cristianismo, Planeta, Barcelona, 1997, pp. 103-104.

[12] Pablo VI, «Humanae vitae», nº 14 (25/07/1968); Juan Pablo II, «Familiaris consortio», nº 30 (22/11/1981) en Fernando Guerrero (dir.), El magisterio pontificio contemporáneo, tomo II, BAC, Madrid, 1992, pp. 297; 333-334.

[13] Remitimos al Juramento hipocrático, Planeta-De Agostini, Madrid, 1995, pp. 11-12.

[14] L. J Suenens, op. cit., p. 133.

[15] Sobre este debate remitimos a José María Sánchez García, «Monarquía parlamentaria y objeción de conciencia. El caso del rey de los belgas» en Anuario de derecho eclesiástico del Estado, nº 9, 1993, pp. 306, 309-310.

[16] José-Alain Fralon, op. cit., p. 356.

[17] José María Salaverri, Balduino. De profesión: rey de los belgas, Edibesa, Madrid, 2000,  p. 133.

[18] Algún dirigente socialista y federalista flamenco vio en aquella circunstancia una oportunidad para desembarazarse de la monarquía y abrir un proceso constituyente que proclamara una república organizada según sus idearios políticos.

[19] «Te damos gracias, Madre de la Gracia Divina, por el rey Balduino, por su fe inquebrantable y por el ejemplo de vida que dejó a sus compatriotas y a toda Europa. Te damos gracias por su enérgica defensa de los derechos de Dios y del hombre, y en particular del derecho del niño no nacido a la vida». Palabras de Juan Pablo II después de la oración del Regina Coeli el 4 de junio de 1995 con motivo de su viaje apostólico a Bruselas. El 29 de septiembre de 2024 el Papa Francisco anunció el inicio del proceso de beatificación del rey Balduino en su viaje apostólico a Bélgica. Comenzó oficialmente en Roma el 21 de diciembre de ese mismo año.

[20] José Ortega y Gasset, «Democracia morbosa», El espectador, Salvat, Madrid, 1969, p. 70.

[21] Joseph Ratzinger, «Poder y derecho» en Jürgen Habermas y Joseph Ratzinger, Dialéctica de la secularización, Encuentro, Madrid, 2006, pp. 54-55.

[22] José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, Espasa-Calpe, Madrid, 2007, p. 250.

International Year of the Family

ALEX VAZQUEZ PHOTO por José Alejandro Vázquez, IFF

Context

  The Covid-19 pandemic impacted the pace of various United Nations’ efforts to alleviate theburden of uncountable disruptions suffered by many families. On November 15th, 2021 after a turbulent year and not much significant progress on the so-called “family resolution”, Guinea on behalf of the Group of 77 + China, introduced the draft resolution to the Third Committee [1].

  The resolution, co-sponsored by Kazakhstan and Uzbekistan, portrays an effort to highlight the spirit of cooperation and collaboration shown by all member states, which enabled the agreement on important issues addressed in the resolution. At the same time, member states recognized the role of the State of Qatar as a longstanding facilitator of the document and their leadership in accomplishing consensus. [2]

 The consensus achieved is never overestimated considering how delicate family matters haveproven to be. Nevertheless, we celebrate the novelty that this year, the document focus on the preparations for and observance of the thirtieth anniversary of the International Year of the Family in 2024. The upcoming Anniversary is marked by many challenges for families andgovernments alike, urging the need for a collaborative spirit to support families in their social role and as an efficient tool to achieve the 2030 Agenda for Sustainable Development.

   We reproduce in this paper the approved text [3], highlighting some of the new paragraphs added or expanded to show the importance of the resolution in the coming years and especially while having the 30 thAnniversary on the horizon.

Motherhood, Teleworking and the Value of Work

   Encourages Governments […] to develop strategiesand programmes aimed at strengthening national capacities to address national priorities relating to family issues and to step up their efforts, in collaboration with relevant stakeholders, to implement those objectives, in particular in the areas of fighting poverty and hunger to prevent the intergenerational transfer and feminization of poverty and ensure thewell-being of all at all ages in order to achieve the 2030 Agenda for Sustainable Development. [4]

  Up until 2020, several paragraphs featured the role of women in families. The current document brings new perspectives and interesting references to the recognition of mothers in the household and ways how governments can support their role better.

   The transition of becoming a mother poses many challenges and has been relatively well researched, with studies finding that women experience the transition as overwhelming [5]. With motherhood, they also experience improved self-image, growth of their own resources, and a greater sense of meaning in life. [6] The responsibility of being a good mother also involves self-reflection and the ability to cope with fears, demands, and commitments. [7]

   Also encourages Member States to recognize, reduce and redistribute unpaid care and domestic work, particularly by women, and enhance efforts to ensure equal pay for equal work or work of equal, and to promote work-family balance as conducive to the well-being of children, youth, persons with disabilities and older persons and the achievement of gender equality and the empowerment of all women and girls, interalia, through the improvement of working conditions for workers with family responsibilities, expanding flexible working arrangements, including through the use ofnew information and communications technologies, and providing and/or expanding leave arrangements, such as maternity leave and paternity leave […]. [8]

  A key strategy to support mothers during the transition has been teleworking. Under normalconditions, teleworking was done voluntarily, with a view to allowing the work to be arranged in a way that best meets the overall objectives and needs of the companies and organisations, covering both employers’ and workers’ needs. With the pandemic, teleworking was boosted substantially, resulting in more than 1/3 of employed people working from home, with a greater share of women than men. [9] Compared to 2018, when less than 5% of employees worked remotely regularly and less than 10% occasionally, as reported by the EC 2020.

  Teleworking provides many opportunities to contribute to gender equality such as improved participation in the labor market; increased flexibility in the organization of working time and in combining unpaid care responsibilities with paid employment, which can improve labor market participation; productivity gains through higher performance; a better spatial match between demand and supply of labor without the need for moving to another place; time and cost savings due to the elimination of or decrease in commuting, etc.

  At the same time, teleworking carries some risks, such as possible challenges related to the worker becoming invisible in the work community; missing out on formal and informal support structures, personal contacts with colleagues and access to information, promotion and training opportunities; possible worsening of gender inequalities and increased risk of violence and harassment.

   For women, this can exacerbate existing gender inequalities. Mitigating such risks successfully calls for a proper gender analysis – as even policies that might look gender-neutral may, in reality, be gender blind and affect women negatively – so every effort must be taken to strive for a positive impact. [10]

Covid-19 Recovery

   Calls upon Member States, United Nations entities, within their respective mandates, and other relevant stakeholders to protect families and family members from the negative socioeconomic and health-related impacts of the COVID-19 pandemic, including, inter alia, by providing access to full and productive employment and decent work, as well as effective, inclusive, resilient and gender- sensitive social protection systems and public services, expanded child and family benefits, paid parental leave and sick leave, improved flexibility of working arrangements and gender-sensitive services to reduce the burden of care, including quality childcare. [11]

 The COVID-19 pandemic risks devastating long-term economic consequences for children, families, communities and countries around the world. Children who were already marginalized are the most affected, as they suffer the impact of living in poverty, lost education, poorer nutrition and disrupted mental health. Usually, economic crises are followed by cuts to government spending, including on programmes for children. If the world repeats this pattern in the wake of COVID-19, poverty and deprivation among children will persist long after the immediate crisis has waned.

   To prevent a lost decade, it is essential that countries invest in children to achieve sustained, inclusive economic growth and ensure they are prepared for the global economy of the future. We urgently need an inclusive recovery plan to reinstate the hard-won development gains of the past and avert the consequences of poverty for millions more children and their families.

   An inclusive recovery requires governments safeguarding critical social spending to ensure that social systems and interventions are protected from spending cuts and expanded where inadequate.

  For instance, identify and ring-fence spending on programmes for children, adopting the principle of children being first in line for investment and last in line for cuts; and expand resilient social protection programmes for the most vulnerable children, no matter their migration status, as well as families with children, including working towards universal child benefits and child-friendly services like affordable, quality childcare. [12]

Parenting Education

  Also encourages Member States to invest in family-oriented policies and programmes and to provide universal and gender-sensitive social protection systems, which are key to ensuring poverty reduction, including, as appropriate, targeted cash transfers for families in vulnerable situations, as can be the case of families headed by a single parent, in particular those headed by women, and which are most effective in reducing poverty when accompanied by other measures, such as providing access to basic services, high-quality education and health-care services, in addition to family services and counselling. [13]

  Family services and counseling are related to parenting education. Parenting support has been an important tool for parents and caregivers in their child-rearing efforts. It might not have always been known with this term, but it is certain that from one generation to another it has been informally transmitted a set of guidelines, comprehensive education and training of parents and caregivers. The shared priority has been children’s well-being and risk prevention. [14].

   Further encourages Member States to provide legal identity, including birth registration, in accordance with international law, including relevant provisions of the Convention on the Rights of the Child and/or relevant provisions of the International Covenant on Civil and Political Rights, and death registration, as a means of, inter alia, promoting peaceful and inclusive societies for sustainable development and access to benefits, including social protection. [15]

  In this regard, governments should invest in parenting education programs that address the different range of parenting needs and dimensions; empower parents and caregivers to continue to build on their good practices while enabling them to adopt others that will improve children’s health, development, learning and wellbeing and ensure they are protected.

   Also, make the well-being of parents, children and other caregivers’ the explicit objective of parenting policies and programmes, while investing in universal, positive parenting programs and services that are sensitive to the requirements of individual families and the different needs of mothers, fathers and other caregivers;

   Encourages Member States to invest in parenting education as a tool to enhance children’s well-being and prevent all forms of violence against children, including through promoting non-violent forms of discipline, and to ensure that parenting education programmes are inclusive of parents, grandparents and, where applicable, the members of the extended family or community as provided by local custom, legal guardians or other persons legally responsible for the children, maintaining a gender perspective throughout.[16]

 With a gender perspective in mind, efforts should be put into, recognizing the responsibility of men to families and encouraging their contribution, developing policies to address the absence of males/fathers on family well-being, and promoting active and present fatherhood;

   Also encourages Member States to establish policies that support all families in providing a nurturing environment, and in preventing and eliminating domestic violence and harmful practices, including female genital mutilation and child, early and forced marriage. [17]

  While providing a nurturing environment, parents and caregivers should recognize the valuable contribution of grandparents and other kins to parenting and invest in family policies and programs that promote strong intergenerational interactions, such as intergenerational living arrangements and parenting education in an effort to promote inclusive urbanization, intergenerational solidarity and social cohesion.

   Further encourages Member States to improve the collection and use of data, disaggregated by age, sex and other relevant criteria, for the formulation and evaluation of family-oriented policies and programmes to effectively respond to the challenges faced by families and harness their contribution to development. [18]

  In this regard, promote research on families and parenting, programmes evaluations and impact assessments of parenting policies and programs, so that the role of parents and their contribution to children’s wellbeing and social development can be better understood and supported by all stakeholders.

   Without leaving behaving the creation of an enabling participatory space to promote an environment for meaningful contributions of civil society organizations in the design, implementation and monitoring of family policies and programs, removing barriers to the establishment, work and funding of nongovernmental organizations.

Preparations for 2024

   Calls upon Member States, United Nations entities and relevant stakeholders to promote the preparations for the observance of the thirtieth anniversary of the International Year of the Family in 2024 at the national, regional and international levels through practical initiatives, including family-oriented policies and programmes responding to the needs of all families. [19]

   Our Federation together with a group of transnational and regional organizations is fully involved with the Preparations for the 30th Anniversary of the International Year of the Family. A whole plan of action has been put into effect and in a joint effort to make the year 2024 a turning point for families around the world.

   Invites relevant stakeholders, as part of the preparations for the thirtieth anniversary of theInternational Year of the Family, to support research and awareness-raising activities at the national, regional and international levels on the impact of technological, demographic, urbanization, migration and climate change trends on families in order to harness their positive effects and mitigate their negative impacts. [20]

   We are committed to turning the Anniversary into a substantial and enriching discussion to bring the role of the family unit and policies towards social development into reality. In order to make every effort more effective, we are following the lead of the United Nations Secretary General to focus on four megatrends.

   For instance, the latest Focus Group organized in early 2021 on New Technologies and Families has produced some valuable recommendations for policymakers. Among those, policymakers should adopt a holistic approach when considering the experience and needs of all the various partakers in education, like children, parents, caregivers, teachers, institutions.

 Education and child-related professionals should promote open communication between parents and children about digital technology, including discussions about online risks and benefits. Further, they should encourage parents to engage with the platforms and media their children utilize as a means of understanding their children’s digital lives. [21]

   We are committed to continuing the organization of Regional Group Meetings, Focus Groups and Raise-Awareness events to enrich the proposals of a Civil Society Declaration in the making. The importance of experts active in a variety of fields related to families is the cornerstone of any substantial contribution together with good practices and advice funneled from the Civil Society Perspective.

[1] undocs.org/A/C.3/76/L.18/Rev.1

[2] https://media.un.org/en/asset/k11/k11ic2a8rm

[3] undocs.org/A/C.3/76/L.18/Rev.1.

[4] undocs.org/A/C.3/76/L.18/Rev.1, OP2

[5] Lofmarck 2014.

[6] Sheeran, Jones, and Rowe 2016.

[7] Akerjordet and Severinsson 2010.

[8] undocs.org/A/C.3/76/L.18/Rev.1, OP8

[9] Eurofound report ‘Living, working and COVID-19’, 2020.

[10] Opinion on Teleworking and gender equality. European Economic and Social Committee, 24 March 2021.

[11] undocs.org/A/C.3/76/L.18/Rev.1, OP3.

[12] Report. Preventing a lost decade. Urgent action to reverse the devastating impact of COVID-19 on children and young people, UNICEF INNOCENTI, 2021

[13] undocs.org/A/C.3/76/L.18/Rev.1, OP11

[14] undocs.org/A/RES/74/124.

[15] undocs.org/A/C.3/76/L.18/Rev.1, OP12.

[16] undocs.org/A/C.3/76/L.18/Rev.1, OP14.

[17] undocs.org/A/C.3/76/L.18/Rev.1, OP15.

[18] undocs.org/A/C.3/76/L.18/Rev.1, OP16.

[19] undocs.org/A/C.3/76/L.18/Rev.1, OP4.

[20] undocs.org/A/C.3/76/L.18/Rev.1, OP5.

[21] Focus Group on Families and New Technologies – Outcome Publication, available at: https://familyperspective.org//focus-group-families-and-new-technologies/

Los ideales de caballería en el siglo XXI

 por Antonio Cañellas, historiador

            Alrededor de 1275 Ramón Llull, ya por completo entregado a su labor misionera en la orden franciscana de los frailes menores, agrupó en un breve tratado las que debían ser virtudes propias del caballero. Buen conocedor de la corte –en este caso del reino de Mallorca− en la que había servido como mayordomo del infante don Jaime, el autor quiso retomar los principios de la caballeríaJaume II de Mallorca - Viquipèdia, l'enciclopèdia lliure conforme a su valor original. En pleno auge de la filosofía y la teología escolástica, Llull sentó los cimientos de un humanismo que habría de responder con eficacia a los retos del siglo XIV. Y es que frente a las tesis nominalistas de otro fraile franciscano, Guillermo de Ockham, según las cuales sólo puede conocerse lo concreto o individual[1], Llull había afirmado la directa comunicación entre la realidad empírica o demostrable y la dimensión abstracta o trascendente –igualmente real−, que confluye en la naturaleza humana[2]. De este modo, fe y razón forman en la persona una unidad que, en planos distintos pero complementarios, la capacitan para conocer y merecer. El libre albedrío tiene aquí una importancia capital, por cuanto puede disponer el entendimiento hacia la virtud, a la que también ordena la voluntad para su ejercicio efectivo. Por eso Cervantes presentó, de labios de don Quijote, la libertad como «uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los Cielos»[3]. De esto modo, la libertad se contempla como una dádiva que, ejercitada de acuerdo con la recta razón, asemeja al ser humano con Dios. En este sentido, otros autores del Siglo de Oro abundaron en esta interpretación, reconociendo la inmutabilidad de lo ético por la fuerza del intelecto, que se decantaría por la verdad, subordinándose a ella[4]. Al actuar así, la libertad se desplegaría mediante la acción coordinada del entendimiento y la voluntad ordenados a la consecución del bien, destino último de la persona humana[5]. De aquí derivaría la misión del caballero que, según Llull, habría de servir a la caridad, la justicia y la verdad, restableciéndolas de acuerdo con el ordenamiento moral inscrito en la Creación:

Cuando en el mundo cundió el menosprecio de la justicia por disminución de la caridad, fue preciso que la justicia retornase por su honor. Por eso eligió de entre el pueblo el que fuese más amable, y más sabio, más leal, más fuerte, de más noble ánimo, de mejor instrucción y de mejores costumbres que los demás[6].

            Así pues, estas cinco facultades, adquiridas con ese esfuerzo interior que armoniza la trascendencia, el intelecto y el deseo, constituyen virtudes propias del caballero (lo mismo puede decirse de la dama) al encauzar todo su potencial hacia la justicia y el bien. En este sentido, la amabilidad que, según su etimología, alude al que tiene capacidad de amar, es una manifestación clara de la caridad o del amor. Esto supone un acto de entrega a los demás, tratándolos como nos gustaría que hicieran con nosotros. Desde el siglo IV a. C se percibe la fuerza de esta corriente de pensamiento, tanto en la cultura griega, hebrea, oriental o romana, aunadas por un humanismo compartido. La conciencia acerca de la realidad antropológica, común a todo el género humano, establecería vínculos de fraternidad e implicaciones éticas basadas en el respeto mutuo[7]. Dicha premisa entrañaría un compromiso de donación a una promesa por parte del caballero; la que éste habría asumido de aprovechar sus dones en servicio y edificación de sus semejantes. Una tarea ardua, sólo superada por la capacidad amorosa de sacrificar la propia comodidad en bien del otro. Y es que el amor en sus distintas expresiones −a la familia, a los amigos, a la patria, etc.− supone una entrega que, al sobrenaturalizarse, se convierte en agapé o amor sublime fundado o plasmado por la fe religiosa[8]. Por consiguiente, al reconocer la condición creatural de la persona y su filiación divina por el bautismo, el caballero se ofrecería a los demás por Dios a imitación de Jesucristo[9].

            En cuanto a la sabiduría, apunta don Quijote en una de sus digresiones a Sancho Panza que jamás la lanza embotó la pluma, ni la pluma la lanza. Es decir, el servicio a las armas es conciliable, y aún necesario, con el cultivo de la inteligencia; pues de todo han de saberCVC. El Conjuro de los libros. Don Quijote le lee a Sancho la ... los caballeros andantes[10]. Pero ¿qué es la sabiduría? Los latinos distinguían el verbo sciô-scire de sapio-sapere, que designa la formación del recto juicio y no la exclusiva acumulación de conocimientos. Sólo su ordenación a comprender la causa primera de las cosas es identificada con la sabiduría. La que permite dar cuenta y razón de la existencia del ser humano de un modo completo e integral.

            Por lo que respecta a la lealtad cabe distinguirla de la fidelidad, aunque vayan habitualmente de la mano si miran al bien que se busca. La lealtad, en efecto, exige de la fidelidad, esto es, la adhesión constante a un código de honor definido por la hombría de bien. No es leal quien, por ahorrarse un mal momento, calla cuando puede hacer un bien con lo que dice, con ánimo siempre de contribuir a lo mejor para la persona o grupo al que se dirige. Se trata, pues, de corregir con espíritu constructivo cuando resulta menester en bien de todos.

            La fortaleza referida por Llull no es la simple fuerza física o de medios, sino la virtud de la perseverancia en la decisión prudentemente adoptada, inclinada por tanto al bien en cada circunstancia y sostenida en el tiempo a pesar de las dificultades que se puedan presentar. No es fuerte el soberbio, sino el humilde, conocedor de sus propias limitaciones. Bien lo advirtió Cervantes al calificar «la humildad como el fundamento de todas las virtudes, pues sin ella no hay virtud que lo sea realmente». Por eso recuerda el doctor iluminado que la fuerza del caballero no reside tanto en la energía corporal como en la virtud del buen ánimo[11]. Se trata, en definitiva, de que el espíritu noble del caballero le obligue en conciencia a prestar con sencillez -sin aparatosidad- un servicio útil y constante a la sociedad en la que vive. La persona noble no es aquí la que ostenta un título y nada más, sino la cualidad moral de quien merece ser conocido por sus virtudes.

            Dentro de esta concepción, el espíritu de caballería exige gobernanza, señorío personal, con el que poder prestarse a los demás. Aquí estriba la cualidad moral del honorpatrimonio del alma[12], como evocara Pedro Calderón de la Barca−, que lleva al cumplimiento del deber por dignidad propia y ajena. Sobre este presupuesto Cervantes elaboró un perfil muy preciso del caballero: único en ingenio, sólo en cortesía, extremo en gentileza, fénix de la amistad, magnífico sin tasa, grave sin presunción, alegre sin bajeza y, finalmente, primero en todo lo que es ser bueno[13].

            Más recientemente, filósofos como José Ortega y Gasset asociarían estos altos ideales a la acción de las minorías escogidas, precisamente por su responsabilidad en el servicio. Con la expresión nobleza obliga, el autor apela también al buen ánimo; un atributo interior que marca la autoexigencia y el esfuerzo personal con el que alcanzar la excelencia para contribuir así a la edificación de las otras personas[14]. Sin esta actitud resulta harto difícil lanzarse a unCómo motivar al Equipo Directivo de una Empresa crecimiento −personal y colectivo− que, por oposición, deriva en parálisis o estancamiento ante la vida. La pregunta clave para este representante de la razón vital reside en el propósito u objeto al que, una vez aplicada la inteligencia, fijamos nuestra atención a la hora de encarar la existencia. En caso de desenfoque, por omisión –falta de optimismo vital− o por equivocación −al errar en la finalidad; bien por presunción de medios o por ausencia de ideales justos y buenos− la vida humana carece de la debida articulación, pues «caminará desvencijada, sin tensión y sin forma. […] perdida en el laberinto de sí misma por no tener a qué entregarse»[15]. Es lo que Henri Bergson –exponente francés del vitalismo filosófico− calificó como individuos o sociedades de moral cerrada. A saber, los que se ensimisman en su egoísmo incapacitándose para la apertura a la trascendencia y a la consiguiente fuerza del espíritu, auténtico motor del dinamismo vital que mira siempre al bien objetivo[16]. En realidad, se apela a una ascesis −del griego asketés: el que se ejercita o entrena−, con una práctica recurrente de las virtudes que acaban dibujando el genio de la persona. Las mismas que desglosara Llull y que, por su naturaleza −siempre inalterable− persisten vinculadas a la ética o moral, característica de la condición humana. La realización personal propia del caballero y de la dama radica entonces en esa vertebración con la que ofrecerse al progreso integral de la sociedad, tan apremiante o más en nuestros días que en los del doctor iluminado.

[1] Rafael Ramón Guerrero, Historia de la filosofía medieval, Akal, Madrid, 1996, p. 224.

[2] Luis Suárez, «Los fundamentos humanistas de Ramón Llull» en CIDESOC (08/06/2017).

[3] Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, Libro II, Cap. LVIII.

[4] Véase Juan Cruz, Fragilidad humana y ley natural. Cuestiones disputadas en el Siglo de Oro, Eunsa, Pamplona, 2009, pp. 25-26.

[5] Sth, I-II, q. 1, a. 1

[6] Ramón Llull, Libro del orden de caballería, Espasa-Calpe, Buenos Aires, 1949, p. 21.

[7] Para el caso, consúltese la obra de Aristóteles, Confucio, Séneca o la tradición judía, al menos desde los últimos profetas del Antiguo Testamento, que anticipan el mensaje evangélico posterior.

[8] Benedicto XVI, Deus caritas est, Palabra, Madrid, 2006, p. 20.

[9] «Si eres caballero, es que recibes la honra y la servitud  propias de los amigos de caballería; porque, en cuanto tienes más nobles principios, eres tanto más obligado a ser bueno y agradable a Dios y a las gentes». Ramón Llull, op. cit, pp. 23-24.

[10] Miguel de Cervantes, op. cit, Libro I, Cap. XVIII.

[11] Ramón Llull, op. cit, p. 36.

[12] Pedro Calderón de la Barca, El alcalde de Zalamea, Jornada I, escena XVIII, vv. 875-877.

[13] Miguel de Cervantes, op. cit, Libro I, Cap. XIII.

[14] José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, Espasa-Calpe, Madrid, 2007 (1ª ed. 1937), pp. 130-132.

[15] Ibid, p. 203.

[16] Henri Bergson, Las dos fuentes de la moral y de la religión, Editorial Sudamericana, 1962 (1ª ed, 1907).

COVID-19: Families and Child Rights

by José A. Vázquez in collaboration with the International Organizations Department of the International Federation for Family Development (IFFD)

 

   While the COVID-19 pandemic has been spreading around the world, the poorest and most vulnerable have been the hardest hit, especially women, children, older persons, persons with disabilities and their families[1]. Stress levels within the family have risen, domestic violence has been endured by women and children alike, students have been out of school with unequal access to distance learning, older persons have paid the highest price with alarming death toll and health care workers have been at the front-line of the response efforts[2].

   It is clear that every household has faced unprecedented challenges related to confinement, school closures and job disruptions. As a consequence, parents and caregivers are deeply concerned for their families’ well-being with special attention to children, the means to protect them, ensure their care, their quality education and future opportunities. As in 2008 and the following years, families are facing a similar situation. The effects of the economic collapse impacted millions of children and their families. The financial crisis turned into a global recession while governments responded with changes to a suite of social and economic policies. In an effort to cushion the impact many countries endured a period of stimulus followed by a move towards austerity[3].

   Similarly, in 2020 many countries have started stimulus plans while austerity periods are most probably set to follow. In order to respond accordingly and prevent a bigger impact on the most vulnerable, children’s well-being and their future has to be prioritized. Innovative and holistic ways to protect the youngest generations are needed to endure dire circumstances and to efficiently use available resources. Every policy should consider that children live in the context of the family and the family exists in the context of the economy. Policymakers must consider the macro and micro context for families and their children in order to make sense of the potential effects of the stimulus and austerity measures on the lives of the youngest[4].

   During the following years and the various cuts to follow, there are many good reasons to focus on the levels of spending on children. First, children are mostly in a family environment, and regardless of their opportunities, it is fair to have a holistic approach to make the most of their available opportunities. Second, because the way children are taken care of today will affect the future generations. Third, if children in vulnerable situations and susceptible to poor outcomes lose investment in critical periods of the life cycle, the long-term impact and costs will have consequences for them, their families and the communities. A preventive approach while investing in children is efficient and fair. The gaps in child outcomes closed early are gaps closed more cheaply, and gaps future policymakers and taxpayers will not have to worry about[5].

   Perhaps, the Convention on the Rights of the Child (CRC) should be a starting point for a better assessment of the policy implications on children and their families. Children’s rights are defined in numerous ways, including a wide spectrum of civil, political, economic, social and cultural rights[6]. The CRC sets a basic “contract” not only between the signatories and children, but also between adults and children. It is a model to follow in order to ensure that children have access to resources, they are protected and they are allowed to participate. The «contract» is built upon three universal elements of the organisation of childhood in any society and at any time: provision, protection and participation, usually known as the three P’s[7]. As a result, it can be a useful roadmap for the design and implementation of social policies considering the austerity period ahead and the family as the first “signatory” of children rights[8].

PROVISION

   The CRC stresses that children should be able to possess, receive or have access “to the maximum extent of available resources”[9] through sharing and/or distribution. In this regard, this provision has implications involving a wide variety of resource allocation such as an adequate standard of living, health care and education. These provisions have a direct impact on policy design and implementation because states and adults need to establish which kinds of resources are distributed and what are the explicit and implicit consequences of certain decisions about resources. Moreover, which kinds of resources are produced and shared and by whom, or discover if children have any resources that can be shared.

   To start with, at a household level an adequate standard of living stands out as a critical layer of protection. Physical distancing and lockdown measures have isolated entire families in their houses and sometimes they are inadequate to share and live in for an extended period of time[10]. Furthermore, income collapse threatens the livelihoods of millions of households with children worldwide, precluding an increase in extreme poverty. Such income shocks at the household level, even if only temporary, can have devastating effects on children, particularly those living in poor households with limited assets[11]. For instance, as of 10 April 2020, 126 countries have expanded social protection assistance programmes to compensate households for lost income, of which 83 provide explicit support for children and their families[12].

   Health care provisions are becoming critical for children and their families. Even though infection, hospitalization and critical care rates are low on children, the broader effects of the pandemic on child health are significant[13]. For instance, poor families are forced to cut back on essential health and food expenditures, increasing the risk of contracting other diseases and infant mortality while, child health services and interventions are being directly disrupted by the pandemic[14]. Also, water, sanitation and hygiene (WASH) services are at risk, threatening children’s health through water-borne diseases and given the critical role of hygiene during the pandemic. At the same time, the effects of confinement are affecting children’s mental health. Many are facing anxiety and uncertainty regarding the future while, extreme deprivations and acute stress can impair their cognitive development and trigger longer term mental health challenges[15].

   In addition, the unprecedented global closure of schools has halted the education provision of more than 1.5 billion children[16]. In the long term, it is hard to measure the magnitude of losses that may accrue in learning for today’s young generation, and for the development of their human capital. In order to minimize the squandering, many schools are offering distance learning to their students and parents are stepping in the education process. But not all pupils have access to new educational alternatives, especially those from low income countries, refugees, children with disabilities and girls. Plus, the quality and accessibility of distance education can hinder social inclusion in a future economic contraction due to school drop-out and low performance[17].

PROTECTION

   The CRC also mentions the right to protection from abuse, neglect, exploitation and discrimination. Protection stands for the right to be shielded from certain acts and practices including the right to safe places for children to play, constructive child rearing behavior, and acknowledgment of the evolving capacities of children. It is actually close to what we consider as parenting. Parents and caregivers are the first layer of protection of a child and in the framework of the COVID-19 pandemic, parenting skills are in urgent need.

   Home represents security and safety for most children, but sadly for a minority it is the opposite. The most common form of violence experienced by children comes from their own parents or care-givers[18]. They are often witnesses to domestic violence against their mothers or sisters, a situation that has increased in many countries following the COVID-19 outbreak with a spike of anxiety and stress[19]. An innovative and holistic way to support children at home can be helping their parents and caregivers to alleviate the isolation effects. For example, attacking the root of the concerns by designing a schedule, assigning chores, creative forms of exercise and games, and learning better ways to communicate among family members the challenges and solutions endured under lockdown[20].

   In this regard, lockdowns also present an opportunity for child abusers to harm children. Not only abusers at home but also online through cyberbullying or sexual exploitation due to the increased exposure to online platforms[21]. It is obvious that children are rarely in a position to fight back, but at the same time the use of new technologies has proven an effective measure to report such egregious acts. Additionally, children without parental care are especially vulnerable to exploitation and other negative coping measures. For example, the combined effect of school closures and economic distress is likely to force some children to drop out of school, to become child soldiers, and into child marriage in high-risk countries[22].

PARTICIPATION

   Participation stands for the right to do things, express oneself and have an effective voice as an individual child. If the rights to freedom are considered so vital for adults, they should be for children too. Children have the right to participate in communities with programs and services adapted to their age. With a chance to analyze the major issues affecting them now and in the future. As they examine their rights, they should explore their own responsibilities. It is true that children are members of their families and schools, but also of the specific generation into which they happen to be born. So, communities can be built on partnerships rather than on sole adult interests. This includes children’s involvement in libraries and community programs, youth voice activities, and implicating children as decision-makers.

   In summary, we need to get to know and understand the child generation which we are dealing with, and not to imagine that our adult-oriented knowledge of childhood reflects adequately their reality. Especially in this situation, we need to be available to them with our experiences and skills. Partnering with children will definitely help us as adults to better understand their growing world and avoid empty rhetoric[23].

   Parenting seems to be suitable again to foster children’s participation. By improving communication parents and caregivers make children active participants of their concerns and endeavours[24]. For example by sharing experiences and challenges; talking instead of just texting; paying attention to body language and facial expressions; acknowledging the positive intent behind what the other parent or child is suggesting, practicing kindness in order to show them how you would want them to treat others, discussing transitions between households and prepare your children for hand-over as best as you can[25].

   The lockdown is also a great opportunity to recognize the unpaid work at home and make children participate in the household care and chores. There is an urgent need to redistribute care work within families–so that women and men share care more equally. This is crucial in order to free the most marginalized women and girls from the unfair and unequal amount of care work they currently do. During the pandemic, important steps can be given to redistribute care work and keep children occupied and implicated[26]. For instance, tending to others, cooking, cleaning and fetching water and firewood are essential daily tasks for the wellbeing of societies, communities and the functioning of the economy[27].

DISCUSSION

   An interesting discussion has been set. The contract between signatories and children demands a coordinated implication of governments and families to unfold child rights in its provision, protection and participation implications.

   Expanded social protection programmes implemented during the pandemic, should consider explicit support to children and their families. Especially these days and the ones ahead, the family unit is the first layer of social protection and so, the most effective way to ensure children resource allocation and shield them from extreme poverty.

   The increased exposure of children to new technologies pose opportunities and challenges to governments and parents alike. Child protection and parent’s skill building is essential while investing in broadband access and digital public goods that support learning, alongside with regulations that ensure children’s privacy and safety.

   Children and youth participation in the decision making processes is crucial to fulfil the commitment between governments and adults with their rights. Confinement has created opportunities for children to be heard and also to get involved at home, at school and in various campaigns to tackle the pandemic effects.

   Looking forward, it is clear that governments have taken a wide range of actions to mitigate the effects of the pandemic and response efforts. From global to local, now and in the days ahead, best practices and interventions need to adapt and foresee possible adverse unintended effects on children to ensure their rights enjoyment and wellbeing. Although, if polices oversee the role of parents, caregivers and families, the effectiveness of those interventions will be limited. As it has been evident during the health crisis, the first layer of protection of children is hard to replace.

ACKNOWLEDGEMENTS

   This contribution was developed in collaboration with the International Organizations Department of the International Federation for Family Development.

 

[1] Shared Responsibility, Global Solidarity: Responding to the socio-economic impacts of COVID-19. United Nations (2020). Available at: https://unsdg.un.org/sites/default/files/2020-03/SG-Report-Socio-Economic-Impact-of-Covid19.pdf

[2] Antonio Guterres, United Nations Secretary General (April 17, 2020). See also, ‘Everyone included: protecting vulnerable groups in times of a global pandemic’, available at: https://www.un.org/development/desa/undesavoice/highlights/2020/04#49113

[3] Dominic Richardson, ‘Child and Family Policies in a Time of Economic Crisis’, OECD (2010).

[4] Dominic Richardson, ‘Child and Family Policies in a Time of Economic Crisis’, OECD (2010). OECD (2011), Doing Better for Families. Available at: http://www.oecd.org/els/family/47701118.pdf

[5] Doing Better for Children, OECD (2009). Available at: http://www.oecd.org/social/family/doingbetterforchildren.htm.

[6] Elisabeth Young-Bruehl , ‘Childism: Confronting Prejudice Against Children’. Yale University Press, (2012).

[7] B. Franklin, B. (ed.), The Rights of Children. Basil Blackwell (1986)

[8] Convention on the Rights of the Child. Available at: https://undocs.org/A/RES/44/25 and https://undocs.org/A/RES/50/155

[9] Convention on the Rights of the Child. Available at: https://undocs.org/A/RES/44/25 and https://undocs.org/A/RES/50/155

[10] Shared Responsibility, Global Solidarity: Responding to the socio-economic impacts of COVID-19. United Nations (2020). Available at: https://unsdg.un.org/sites/default/files/2020-03/SG-Report-Socio-Economic-Impact-of-Covid19.pdf

[11] Policy Brief: The Impact of COVID-19 on children. UNICEF (2020). Available at: https://www.un.org/sites/un2.un.org/files/policy_brief_on_covid_impact_on_children_16_april_2020.pdf

[12] Ugo Gentilini et al.,‘Social Protection and Jobs Responses to COVID-19:A Real-Time Review of Country Measures’, (2020). Available at: http://www.ugogentilini.net/wp-content/uploads/2020/04/Country-SP-COVID-responses_April10.pdf. Families First Coronavirus Response Act, United States of America Congress (2020). Available at: https://www.congress.gov/bill/116th-congress/house-bill/6201

[13] ‘Morbidity and Mortality Weekly Report: Coronavirus Disease 2019 in Children’, CDC (2020). Available at: https://www.cdc.gov/mmwr/volumes/69/wr/pdfs/mm6914e4-H.pdf

Dong Y., Mo X., Hu Y. et al., ‘Epidemiological characteristics of 2143 pediatric patients with 2019 coronavirus disease in China’. Pediatrics (2020); Available at: https://pediatrics.aappublications.org/content/pediatrics/early/2020/03/16/peds.2020-0702.full.pdf

Ian P. Sinha et al. ‘COVID-19 infection in children’, The Lancet ( 2020). Available at: https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S2213-2600%2820%2930152-1

[14] Sarah Baird et al., Aggregate Income Shock and Infant Mortality in the Developing World (2011). Available at: https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/4916/rest_a_00084.pdf;sequence=1

[15] H. J. Osofsky et al. ,‘Posttraumatic stress symptoms in children after Hurricane Katrina: predicting the need for mental health services’, American Journal of Orthopsychiatry. (2009). Available at: https://theconversation.com/coronavirus-isnt-the-end-of-childhood-innocence-but-an-opportunity-to-re-think-childrens-rights-134478

[16] COVID-19 Educational Disruption and Response. UNESCO (2020). Available at: https://en.unesco.org/covid19/educationresponse

[17] Measuring digital development. Facts and figures. International Telecommunication Union (ITU) (2019). Available at: https://www.itu.int/en/ITU-D/Statistics/Documents/facts/FactsFigures2019.pdf

[18] A Familiar Face: Violence in the lives of children and adolescents. Unicef (2017). Available at: https://www.unicef.org/reports/familiar-face

[19] Policy Brief: The Impact of COVID-19 on Women. UN-Women (2020). Available at: https://www.unwomen.org/-/media/headquarters/attachments/sections/library/publications/2020/policy-brief-the-impact-of-covid-19-on-women-en.pdf?la=en&vs=1406

[20] Guidelines on physical activity, sedentary behaviour and sleep for children under 5 years of age World Health Organization (‎2019)‎. Available at: https://apps.who.int/iris/handle/10665/311664

[21] Coronavirus, Online Learning, Social Isolation, and Cyberbullying: How To Support Our Students Cyberbullying Research Center, (March 16, 2020). Available at: https://cyberbullying.org/coronavirus-online-learning-social-isolation-cyberbullying

[22]Impacts of COVID-19 on children in alternative care (Eurochild, 2020). Available at: https://www.eurochild.org/news/blog/article/impacts-of-covid-19-on-children-in-alternative-care/

[23] Marjatta Bardy, ‘FICE Bulletin’ (2000). Available at: https://www.cyc-net.org/cyc-online/cycol-0500-threepees.html

[24] Supporting shared parenting in the time of COVID-19 – Practitioner Guide, Australian Catholic University, (April, 2020). Available at: https://safeguardingchildren.acu.edu.au/-/media/feature/micrositesarticles/safeguardingchildren/icps-flyer-prac.pdf

[25] Supporting shared parenting in the time of COVID-19 – Parents Guide, Australian Catholic University. (April, 2020). Available at: https://safeguardingchildren.acu.edu.au/-/media/feature/micrositesarticles/safeguardingchildren/icps-flyer-parent.pdf

[26] Finding Ways to Keep Children Occupied During These Challenging Times, American Academy of Pediatrics (2020). Available at: https://www.aap.org/en-us/about-the-aap/aap-press-room/Pages/AAP-Finding-Ways-to-Keep-Children-Occupied-During-These-Challenging-Times-.aspx

[27] Time to Care. Oxfam International (2020). Available at: https://oxfamilibrary.openrepository.com/bitstream/handle/10546/620928/bp-time-to-care-inequality-200120-en.pdf

Role of Families In Youth Transitions

by José A. Vázquez, United Nations Representative of International Federation for Family Development

   Family support, network, aspirations, and expectations play a crucial role in youth transitions. The ability of the family members along with associated social policy schemes is put to test when young citizens start their way into emancipation. The role of the family and the policymakers is to make this transition worth the investment along the educational and training period. The National Transfer Accounts (NTA) represent a promising tool to measure the role of Latin American families in supporting youth transitions. The type, amount and reach of the generational economy are key to understanding the level of support and the type of expectations an aspirations of Latin American families toward their members in youth transitions. The NTA could contribute to measuring, through the private and public transfers of the generational economy, the reallocations of resources and so, the intentions in each period of time of the investments in education, training, and services towards preparing the transition. The paper will try to briefly present the NTA, its origins, method, and challenges. It will also present the NTA applications and connotations and explore some national realities and challenges. And lastly, some recommendations that may be done based on the regional data availability. The data and literature has been retrieved from the World Bank repository, UN Statistical Commission and NTA database.

Origins of the National Transfer Accounts

   The National Transfer Accounts (NTA) were born in 2004 and are recognized up until today as a well-established empirical tool for understanding the generational economy. [1] There are 80 participating countries involved in the project that are providing data, most of it come from government records and surveys matching in their aggregates the widely used System of National Accounts (SNA). [2]

   The main concept recognized in the NTA is the relationship between individuals who have economic resources to give and those who need them, those who incur a life cycle deficit during their youth and old age, when their consumption exceeds their labor income, and a life cycle surplus during their working years when their labor income more than covers their consumption. The eventual resource reallocation created between generations and across time can be consistently quantified and linked to the economic and social development of every family and society as a whole. [3]

   The NTA adds the subtle dimension of age and time to how we see economic flows: dependents who need various forms of financing to survive and thrive, and workers who finance them. The degree of such flows when seen through age and time is significant. For example, in 2004 older persons in Germany, continued to be net givers of private transfers, though small, they received public transfers equal to 10% of the country’s GDP, which is totally different to the small 1% received by Mexican older population. In this regard, the flows, captured by the NTA are representative of the demographic differences between countries and more importantly for us of the varying roles of the state, the markets and of families, all of which influence resource reallocations. [4]

   The rapid population growth seen in the second half of the 20thcentury concerned academics and politicians and provoked an intense debate on the developmental consequences of such rates, particularly for lowincome countries. Experts warned of food and land shortages due to the increasing demand, potential rise of unemployment, deterioration of income and capital formation, degradation of natural resources and the general fall of human welfare. [5]

   Reports and Commissions around the world recommended actions in lowincome countries to stabilize their rapid population growth rates, prevent effects on poverty and improving policies on education, childcare services, and family planning [6]. Since then, the fear of the effect of population growth on economic development was negatively perceived and the literature reflected the view that population growth control is a necessary condition to sustain human welfare and human rights.[7]

   However, in 1960s the world’s population growth rate reached its peak and international concerns switched to population aging. Old age dependency increased and raised questions about healthcare and retirement. Rapidly, experts started to relate demographic structure to classical macroeconomic models in order to see the economy through the lenses of several generations and turn to the role of intergenerational transfers to livelong transitions. [8]

The methodology of the National Transfer Accounts

   The NTA project comes into this context and helps to quantify the allocation of economic resources between ages, in a unified and standardized manner. The National Transfer Accounts are based on a, age specific, flow identity that captures economic movements at each point in time. In this way, it can be differentiated from the STAs while introducing age to the aggregate data. It marks the essential role of intergenerational transfer while disaggregating the major components of income, consumption, and savings by age.

   In the future, with much more national accounts completed, the role of families, government and market can be better measured in the age reallocation of public and private resources. Plus, it can provide realistic estimates of intergenerational flows that have been of interest to researchers and policymakers for many decades as alternatives or complements to public policy. Through a standardized dataset available for many countries, the NTA becomes particularly useful when analyzing a wide range of issues such as social security, pensions systems, intergenerational equity, human capital accumulation, and youth unemployment.

   The NTA method captures those economic flows and pinpoints the aggregate budget constrain for individuals of certain age by adding two variables to the life cycle model: age of the individual and the relevant time period. So, the economic life cycle model at a certain age, summing both public and private flows and capturing at the same time those domestic and international, can be seenas follows [9]:

Inflows L(x,t) + K(x,t) + P(x,t) + T(x,t) + C(x,t)

Outflows L(x,t) + K(x,t) + P(x,t) + T(x,t) + C(x,t) + S(x,t)

L (value of labor income inflow received for age (or age group). K (capital income inflow. P (property income flow, received (+) and spent ()). T (flow of transfers net of paid taxes received (+) and spent ()). C (consumption). S (savings from the residual between the various types of income net of consumption).

   If the identity of inflows and outflows is rearranged, the result shows the economic life cycle for each age and thus, the mechanism to determine the resources reallocated across generations.

Age re-allocations

Lifetime deficit = Net transfers+ Asset-based re-allocations.

C(x,t) L(x,t) = [T+(x,t) –T(x,t)]+ [A(x,t) S(x,t)]

   The lifetime deficit (or surplus) is the difference between consumption and labor income for every relevant age or age group and funded by or distributed through transfers and asset based reallocations for each age at each point in time, where asset income inflow (A) represents the sum of capital and net property income.

   In this regard, the lifetime deficit, as the key concept of generational economy, includes households’ private and public consumption of various goods and services, private and public education, healthcare and other extracurricular activities for the members of the family. While, labor income tries to reflect salaries, bonuses, and benefits, along with self-employed and unpaid family members income.

Youth transitions: Family support, networks, expectations and aspirations

   Family support is a recognized social protective function during the transition periods of emancipation or dependency. Many families experience uncertainty and vulnerability during these phases, especially when their young members move into adulthood, procure access to employment opportunities and decent work while seeking their autonomy [10]. However, the rapid socioeconomic transformations, often combined with the eroding capacity of the State to protect households through social policy interventions, leave a large number of families poor and vulnerable [11]

   The role of families in social inclusion and integration is indispensable for the social inclusion of all individuals, especially youth. There is a rising necessity to support youth transitions as a key component of social inclusion and poverty eradication [12]. Nevertheless, the challenges faced by parents and young members of the family are growing. Either because families with strong intergenerational support and reliance are declining in numbers or, because many young people postpone marriage, stay single and live longer with their parents [13], or even because the changing population age structures is attracting more attention to older persons [14].

   The family role and the state social scheme effectiveness are put to test when the youth emancipation is in process. Families and policies are called to demonstrate their ability to support the transition, the responsiveness of the family and institutional networks and the expectations and aspirations for the best outcome. In this regard, family support may improve employment options, career perspectives, and educational, skills and training development. Also, the access to family, social, professional and recreational networks might improve the choices and timeline to have employment opportunities [15]. Finally, the expectations and aspirations can play a motivational role in the job search while fostering competitiveness, supporting role models and setting wage goals.

  Unfortunately, family support, networks, expectations, and aspirations are variables difficult to measure. The intensity and extent of the family implication is not clearly reflected in the data available. Nevertheless, if we would be able to determine the type, amount and reach of the generational transfers intended to support the youth transition at a time period and age, we would be able to translate that investment into the support, expectations, and aspirations of parents grandparents regarding the future of their children in Latin America.

   When families spend a great deal of money on the education and training on their children, they usually cultivate great expectations and secure that investment along the growing period. But also, families dedicate a great deal of time and effort during the transition period. The first is intended to be more effective in the long term and with better outcomes, while the latter tends to prioritize the effectiveness over the goal.

   The NTA is a great tool to trace the dynamics of the so called lifetime deficit through three different periods of individuals’ lives: the deficit period of children in the family that do not work, but consume more than they produce; followed by a surplus period when the youth enters in a working age and start to accumulate wealth, so producing more than consuming; and the deficit period where older persons retire or do not earn enough to cover their consumption.

   In this cycle, our attention is turned to the generation who is transitioning from a deficit period to a surplus period, from childhood into youth. Other generations in the family as of parents, grandparents or siblings (of older age) would have given their support or will be keen to do so in order to ensure this transition. With their support, the other generations in the family will inspire the young ones to become those working age individuals, who enjoy life cycle surpluses and not only fund their own consumption but also provide transfers and asset based re-allocations for children and elderly.

   Thanks to the ability to calculate the age re-allocations of net transfers and assets, together with the variables of consumption, especially in education, training and services we can be able to measure the level, quality and extent of the support of parents (in the surplus period) and grandparents (returning to the deficit period) to the future or ongoing transitions into adulthood. Furthermore, we can determine the expectations and aspirations of the family members regarding their youth while tracing the age re-allocations of consumption in areas such as training, services, and extracurricular activities.

   The convenience of this inter-generational exchange perspective, where various forms and mechanisms of economic support are shown, is very useful [16]. First, transfers as re-allocations of resources between individuals that do not involve a formal, explicit quid pro quo can be made within the family or through the public sector, via the collection of taxes and the allocation of government spending [17]. Together the private and public transfers are complimentary and are important in most societies. For example, the extension of public education expands a public in kind transfer system that benefits all covered school age children.

   Plus, another class of reallocation is asset-based reallocation, as the accumulation and reduction of financial and physical assets over the lifetime. So, for example, in many Latin American countries, real estate and financial markets have become more accessible and the current younger generations of adults are accumulating more assets than their parents’ generation, allowing them to support themselves when old. [18]

  These transfers and the asset-based reallocation show the implications and effects of various types of family support according with inter-generational re-allocations. Their components can be measured, studied and compared between Latin American realities.

    Although in Latin America private transfers finance more than 60% of the consumption of young people [19], there are cases of heavy reliance on public transfers too, such as Uruguay, Brazil, with generous and extensive social security coverage and extensive public primary education programs, respectively [20]. For instance, the private transfers in Chile are substantial, as in many societies, Latin American countries are mostly familial transfers those supporting children, teenagers, and young adults. In Chile during 1997, the generations under the age of 27 are net transfer receivers. One of the reasons that may explain the level and age distribution of familial transfers in Chile is that, although the country has a fairly extensive coverage of public education and government transfers to children are quite significant, these transfers cover only a fraction of children’ total consumption, hence the need for substantial familial support. [21]

   In Ecuador, substantive efforts have been made to support youth transitions with a conjunction of public and private transfers [22]. While in Colombia and Costa Rica the focus on the family support has been set to the time spent at home in unpaid care work arrangement. The dynamics reflect the transfers of unpaid activities done by one generation to another. At the same time, it is an opportunity to measure the expectations and aspirations of the dedication of time at home related to the outcomes after the transitions. [23]

   For El Salvador, the applied methodology of the NTA goes into the details of the private transfers. The Central American country describe the commitment and support of the family from the very beginning of the deficit lifetime and describes the tuition expense, supplies, uniforms, texts, school shoes, parents’ quo-ta, monthly fee, refreshments as part of the private transfer. [24]

Conclusions and recommendations

  The measurable age re-allocations of transfer and as-sets contribute determining the role of families in supporting youth employment outcomes. The more data availability provided in Latin American in this regard, will contribute to the public and private sector support to the transitions from childhood into adulthood.

   Moreover, the capacity to track the transfer between generations among the family will contribute to achieve the Sustainable Development Goals, especially while “substantially increase the number of youth (and adults) who have relevant skills, including technical and vocational skills, for employment, decent jobs and entrepreneurship”. [25]

Note: Paper presented at the Expert Group Meeting on “The Role of Families and Family Policy in Supporting Youth Transitions” held on 11-12 December 2018 in Doha, Qatar and organized by the Doha International Family Institute (DIFI), a member of Qatar Foundation for Education, in collaboration with the Division for Inclusive Social Development of the Department of Economic and Social affairs (UNDESA) and the International Federation for Family Development (IFFD). More info at: https://www.difi.org.qa/events/the-role-of-families-and-family-policy-in-supporting-youth-transitions/

Acknowledgements

Andrés Chacón, Social and Cultural Anthropology Master candidate, KU Leuven University (Belgium)
Instituto de la Familia, Universidad de la Sabana (Colombia)

Footnotes

[1] Mason, A. & Lee R. (2011).
[2] National Transfer Accounts. http://ntaccounts.org/web/nta/show [3] D’Albis, H. & Moosa, D. (2015).
[4] D’Albis, H. & Moosa, D. (2015).
[5] Coale, A. & Hoover, E. (1958).
[6] The Pearson Report: A new strategy for global development (1970).
[7] Population and the American Future. Technical report (March 1972); Population Planning: Sector working paper. Technical Report 11067 (March 1972); World Population Plan of Action. Technical report (1974).
[8] Samuelson, P. (1958).
[9] L (value of labor income inflow received for age (or age group). K (capital income inflow. P (property income flow, received (+) and spent (-)). T (flow of transfers net of paid taxes received (+) and spent (-)). C (consumption). S (savings from the residual between the various types of income net of consumption).
[10] Third Committee Draft Resolution, Follow-up to the tenth anniversary of the International Year of the Family and beyond, A/C.3/73/L.19/Rev.1, 2018, PP. 3.
[11] Report of the Secretary-General, Follow-up to the tenth anniversary of the International Year of the Family and beyond, A/66/62–E/2011/4, 2011, OP 24.
[12] Report of the Secretary-General, Follow-up to the tenth anniversary of the International Year of the Family and beyond, A/73/61–E/2018/4, 2018, OP 71.
[13] Report of the Secretary-General, Follow-up to the tenth anniversary of the International Year of the Family and beyond, A/66/62–E/2011/4, 2011, OP 4.
[14] Mason, A, Lee, R., Stojanovic, D., Abrigo, M., Syud, A. (2016)
[15] Ali, Amjad, Shafiqa Ahsan and Sophia F. Dziegielewski. (2017). Social and family capital and youth career intension: a case study in Pakistan. Cogent Business and management 4, p. 12.
[16] Report of the Secretary-General, Follow-up to the tenth anniversary of the International Yearof the Family and beyond, A/73/61–E/2018/4, 2018, OP. 45.
[17] These transfers are given or received in cash or kindas good and services.
[18] Bravo, J. & Holz M. (2009).
[19] Finance of consumption, Latin American countries. NTA project, http://www.ntaccounts.org.Average of countries with available data, as of May 2009.
[20] Turra, C., Queiroz, B., Rios-Neto, E. (2011). Bucheli, M. & González, C. (2011).
[21] Bravo, J. & Holz M. (2009).
[22] Fretes-Cibilis, V., Giugale, M., Somensatto, E., editors (2008).
[23] Urdinola, P. & Urdino, J. (2017). Jimenez-Fontana, P. (2016).
[24] Werner Peña, S. & Rivera, M.E. (2016).
[25] Sustainable Development Goal 4, Target 4.4.

Consecuencias del progresismo

  por Luis Suárez, Real Academia de la Historia

            Antes de comenzar este breve análisis, cabe distinguir la palabra progreso de su derivado progresismo. La primera se refiere a un adelanto o perfeccionamiento humano, pues se trata de una facultad propia de nuestra especie. La segunda consiste en una formulación ideológica surgida en las postrimerías del siglo XVIII, que concibe ese avance o progreso de una determinada manera. Desde la Ilustración, muchos científicos, confiando exclusivamente en las potencialidades de la razón −que consideraban infinitas−, imaginaron que serían capaces de liberar Periodismo de Opinión: El culto a la razóna la humanidad de sus pasadas angustias y temores, conduciéndola a la felicidad. Un término muy habitual durante los siglos XVIII y XIX, recogido en las declaraciones de derechos y en textos constitucionales. De ahí que se asociara el progreso y la felicidad en una suerte de maridaje indisoluble. Sin embargo, este progreso se entendió como el desarrollo de la mente humana ordenada sólo al bien material. Los adelantos en el conocimiento permitirían la erradicación de enfermedades y del consiguiente dolor, así como el aprovechamiento y eficaz distribución de la riqueza hasta lograr el pleno bienestar, fundando la sociedad perfecta y definitiva. Que no se alcanzaran esos objetivos de forma inmediata iba de suyo. Sólo se llegaría a la meta mediante una progresión paulatina, resultado de una serie imparable de descubrimientos. Esto explica la diversidad de ideologías que a lo largo del tiempo confluyen en dicha idea: el positivismo, el marxismo o, más recientemente, el transhumanismo son los relieves de una misma efigie progresista.

            En su caso, el positivismo parte de la tesis que esbozara Voltaire: es el hombre el que inventa a Dios a su imagen y semejanza (Si Dieu n´existait pas, il faudrait l´inventer). La religión se reducía así aBiografia de Voltaire un artificio humano con el que se intentarían explicar ciertos fenómenos importantes en las etapas primitivas del desarrollo humano; una inicial, de carácter politeísta seguida de una segunda monoteísta hasta concluir en una tercera −la positiva−, capaz de prescindir de lo sobrenatural o religioso para dar respuestas con arreglo a causas naturales que obedecerían a leyes estrictamente científicas. La humanidad habría progresado entonces presentando al ser humano como verdadero dios de sí mismo y de la naturaleza (el famoso seréis como Dios del Libro del Génesis). Las dificultades que pudieran presentarse en este proceso se imputaban a la resistencia ejercida por la religión, calificada de retrógrada y propia de mentes anquilosadas o supersticiosas. De aquí que, según el positivista, el remedio gravite en el barrido de cualquier metafísica para acelerar el progreso científico y conseguir la felicidad absoluta.

            Con todo y a pesar de que no se han cumplido las previsiones del positivismo, entre las que se cuentan un acceso pleno de la humanidad a los bienes materiales y del conocimiento o el alargamiento indefinido de la existencia humana, sus seguidores continúan instalados en sus presupuestos. Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta nuestros días han quedado patentes sus contradicciones. Ni todo el mundo ha podido acceder a la riqueza, también porque la acumulación ilimitada de bienes de consumo sólo se alcanza privando de ellos a muchas otras personas, ni se ha erradicado el dolor ni la enfermedad, como vemos ahora con un mundo en jaque por la crisis del coronavirus. Esa pretendida felicidad deja posos de amargura e insatisfacción, conforme apuntan las estadísticas sobre la creciente ingesta de ansiolíticos o el mayor índice de suicidios.

            Cuando se constató que aquellos prometidos bienes se alejaban, agudizando las diferencias sociales con la explotación laboral de miles de personas, surgió otra vía complementaria, pues tampoco prescindía de la raíz materialista del positivismo. En efecto, el marxismo, ideología que toma el nombre de su inspirador –el filósofo alemán Karl Marx− postuló en El Manifiesto Comunista (1848) la formulación de una ley que, a su juicio, viene a gobernar la historia de la humanidad: la lucha de clases. El motor de la historia, la causa de su avance temporal, es el odio o el combate permanente entre oprimidos y opresores. De ahí que sólo pueda abrazarse la felicidad en el momento que se supere esa dialéctica prescindiendo de la propiedad, generadora de las injusticias sociales. Para llegar al término de una sociedad comunista, ya sin diferencias, donde reine el igualitarismo como el estado de vida ideal, se requiere un paso previo: la dictadura del proletariado. La clase obrera debe primero derrocar a los capitalistas e implementar por la fuerza su programa. También aquí la religión estorba, porque actúa como opio –así la calificó el propio Marx− al frenar las conciencias en ese camino hacia el paraíso socialista. No hace falta insistir. La historia, que –en palabras de Cicerón− es maestra de la vida, ha verificado las secuelas de esta utopía. La conculcación de los derechos fundamentales de la persona (la vida, la libertad y la propiedad) ha sido una constante en los sistemas comunistas. La URSS y sus Estados satélites en Europa del Este son un ejemplo claro. Que todos ellos se evaporaran con el triunfo global de la economía capitalista no significa, sin embargo, la extinción de la ideología, adaptada a las nuevas circunstancias. El feminismo actualmente predominante supone la extrapolación de la antigua lucha de clases a la lucha de sexos. El patriarcado y no la propiedad es ahora8M, Día de la Mujer 2022, en directo | El 8M reivindica la igualdad y  homenajea a las mujeres de Ucrania | España la causa de todos los males y el objeto a batir. De ahí que haya de implementarse una suerte de dictadura feminista que conduzca al igualitarismo sexual. No estamos hablando de igualdad en deberes y derechos con arreglo a una dignidad humana compartida por los distintos sexos, sino de una especie de masculinización –en el menos elogioso de los sentidos− por parte de la mujer, que renuncia así a su insustituible personalidad.

            Esta espiral de contienda permanente, fundada en la autosuficiencia de cada uno, aspira a desplazar por superación las corrientes citadas traspasando definitivamente la condición humana mediante la técnica. Es lo que se conoce por transhumanismo; otro peldaño más de la escala imparable del progreso. Se trataría aquí de mejorar conscientemente la especie y Transhumanismo, mitología y cine - Proyecto Sciocrear un nuevo tipo humano más allá de su misma naturaleza. La experimentación genética para lograr cualquier fin o el estímulo de una inteligencia artificial perfecta, sobrepuesta a la humana, permitiría vencer sus limitaciones intrínsecas. Esta idea viene a recuperar el concepto del superhombre a modo de dios omnipotente sobre su destino y el del universo, resultado de aquella vieja estela positivista.

            No obstante, ¿realmente la felicidad radica en la trasposición, a veces violenta, de nuestra identidad como personas? Según su origen, el vocablo persona podría remitir a la expresión latina per se sonas, es decir, aquel que habla por sí mismo; esto es, un individuo que posee una naturaleza racional. Es esta razón la que nos debiera descubrir la realidad de la cosas para adecuarnos a ella y andar de este modo en la verdad. Sólo así apreciaríamos que existe un equilibro innato en la naturaleza que debemos preservar; también porque formamos parte de él. Esto entraña el respeto al orden moral. Por nuestra conciencia, esto es, el conocimiento certero de la realidad, sabemos de la existencia del bien y del mal. En efecto, los actos humanos trascienden el mero instintoimages (2) situándose en un plano superior al del mundo animal. Por eso nos realizamos cuando la conducta se identifica con el bien, tal como refiriera Aristóteles: es el hombre virtuoso –el que ama el bien por sí mismo− lo que hace feliz a la persona. He aquí la definición del amor. La solución a las grandes dificultades del mundo presente pasa por una afirmación o abundancia de bien que, necesariamente, nos remite a su causa primera, al que es por sí mismo: Dios, reconocido por la observación sensible y revelado por iniciativa propia hasta su materialización en Jesucristo. Todo en la persona obliga a trascenderse y si ese movimiento no se carga de amor, la misma persona se torna incomprensible. La experiencia demuestra que si el conocimiento no se pone al servicio de la naturaleza del hombre atenta a su dignidad y le degrada, aun cuando se apela a su liberación, que se prueba falsa. Aquí está justamente la clave que obliga el amor a los demás. Esto implica animar al otro al esfuerzo para conducirse al bien, conforme al querer inserto en la Creación, y rehuir cualquier amago o empeño autodestructivo. El porvenir del género humano radica precisamente en recuperar su humanidad, es decir, volver a su esencia. Sólo de este modo podrá participar de la dicha del bien por vínculos cada vez más fuertes de solidaridad y dirigir a cada persona a la consecución del bien eterno de Dios.

Propiedad y progreso social en América

 por Víctor Zorrilla, filósofo

   Como otras obras de José Vasconcelos, la Indología se nutre copiosamente de la experiencia vital y la imaginación del autor[1]. Publicado en 1926, el libro nace de una serie de conferencias dictadas por el pensador mexicano en algunas ciudadesResultado de imagen de jose vasconcelos iberoamericanas tras autoexiliarse de su país. El subtítulo promete una “interpretación de la cultura ibero-americana”. Como en su momento señalara José Carlos Mariátegui, el contenido del libro sobrepasa lo indicado en este rótulo, pues se trata no solo de una interpretación sino del planteamiento de un proyecto. Como había señalado poco antes en su Raza cósmica, Vasconcelos considera a la América Latina como la sede del mestizaje universal que habría de dar lugar a la raza humana definitiva y a una nueva civilización mundial. Estos motivos son retomados y desarrollados creativamente en Indología.

   Con todo y su componente romático, Indología no rehúye el enfrentamiento con los temas más escabrosos de la realidad social, política y económica del mundo iberoamericano. El doloroso contraste entre los atrasados países hispánicos y la triunfante Norteamérica es tema frecuente de las reflexiones vasconcelianas, como lo es también el prepotente intervencionismo estadounidense —algunas conferencias fueron dictadas en el recién invadido Puerto Rico—. Aun así, el espíritu generoso de Vasconcelos le permite tratar estos lacerantes temas del momento con ecuanimidad y actitud ecuménica: la cultura anglosajona, junto con la latina, va incluida en el proyecto civilizador que él vislumbra para el continente.

   En esta entrega y las subsiguientes, tocaré algunos puntos de interés de este libro, que mantiene su poder sugestivo a casi cien años de su composición.

   Primeramente, merece destacarse el recuento y la valoración que Vasconcelos hace del proceso de dominación y aprovechamiento de las tierras americanas. Como en el resto de las zonas civilizadas del planeta, tras un largo periodo primitivo de caza y recolección, se establece en América la agricultura. Con ella, se genera un bien que nunca había gozado el salvaje, dependiente siempre de los ciegos ciclos naturales: los excedentes de producción. Estos permiten, según Vasconcelos, la creación de la cultura propiamente dicha. Al filo del trabajo agrícola se desarrolla una incipiente organización social. Dado que la cría de animales domésticos casi no floreció en América, Vasconcelos omite la época pastoril y se centra en las dos principales civilizaciones agrícolas que existían al tiempo de la Resultado de imagen de montezumallegada de los españoles: los aztecas y los incas. Los aztecas tenían establecido lo que hoy llamaríamos un régimen político-militar: el soberano debía su poder a la victoria de las armas; las tierras le pertenecían bien por dominio directo, bien a través del tributo impuesto a los súbditos. Al parecer, cierto comunismo primitivo subsistía en las márgenes de los poblados, pero las mejores tierras pertenecían a grandes señores, allegados del monarca, militares de alto rango y cortesanos. Como en toda autocracia, el derecho de propiedad, así como el de vida o muerte, estaba sujeto —al igual que todo lo demás— al capricho del déspota.

   Sin embargo —y a diferencia de lo que ocurre en nuestro mundo tecnológico hiper-vigilado—, en aquel contexto ni el tiempo podía alcanzar a un hombre para molestar a todos sus súbditos. De ahí que —según Vasconcelos— los pueblos que no pueden o no quieren darse un gobierno propio prefieran concentrar todo el poder en un solo hombre a quien —repartiendo entre muchos la carga— se puede cebar con lujos palaciegos —manjares, mujeres— para que estorbe lo menos posible la vida de la población trabajadora. Esto hicieron los aztecas con Moctezuma y, aparentemente, también los peruanos con sus obesos emperadores.

   La existencia de un régimen de propiedad basado en el derecho hubo de esperar a la llegada de los españoles, quienes introdujeron un sistema derivado de la tradición romana. Las zonas comunales se reservaron para los pueblos de indígenas, mientras que las demás tierras se incorporaron al régimen de propiedad individual. Sin embargo, la interpretación española del derecho romano otorgó la propiedad originaria a la Corona, haciendo depender la propiedad privada de la merced real. Esta variante española del régimenResultado de imagen de conquista española de mejico romano de propiedad —señala Vasconcelos— poseía caracteres “antieconómicos y feroces” que habían sido ya casi del todo superados en Europa. De entrada, la encomienda dio lugar a un régimen efectivo de esclavitud encubierta. Además, derivar todo dominio de una merced real era una práctica degradante que producía servilismo o rebeldía, pero en ningún caso podía, según Vasconcelos, generar un estado fuerte.

   Así, el régimen de propiedad se convierte para Vasconcelos en poderoso factor explicativo —ya que no el único— del atraso de los países latinoamericanos respecto al vecino del norte. En Estados Unidos nunca hubo un rey que concediese mercedes. Cada cual pagaba el precio de su tierra y no ocupaba sino la extensión que podía cultivar. Así, en lugar de encomiendas hubo cultivos, y en vez de una aristocracia guerrera y agrícola, con timbres de turbio abolengo real, abolengo cortesano de abyección y homicidio, se desarrolló en el Norte una aristocracia de la aptitud, que es lo que se llama democracia, una democracia que en sus comienzos no reconoció más preceptos que los del lema francés: libertad, igualdad, fraternidad.[2]

   Los colonos del norte conquistaron la selva, pero no permitieron que el capitán victorioso se apoderase de grandes extensiones. Estas tampoco quedaban a merced del monarca para repartirlas a su arbitrio, creando con ello una “nobleza de doble condición moral: lacayuna ante el soberano e insolente y opresora del más débil”[3].

   Los defectos del sistema de propiedad español —continuación, acaso mitigada, de los autocráticos regímenes precolombinos— persistieron en las repúblicas independientes a través de los sombríos regímenes de los caudillos. Los líderes originales de las independencias hispanoamericanas —Sucre, Bolívar, Hidalgo, San Martín— sucumben en la lucha o son retirados del gobierno a pocoAntonio Lopez de Santa Anna c1853 (cropped).png de terminada la campaña. Al final, el mando recae en oportunistas que al principio arriesgaron poco o nada y que, movidos por la ambición, se montaron después al carro del éxito. Así, los gobiernos militares que surgieron de las revoluciones de independencia —Rosas en Argentina, López de Santa Anna en México— no hicieron más que continuar el viejo sistema de las mercedes reales. Los caudillos terminaron como hacendados.

   Vasconcelos deplora que, aun en el México de su época, los líderes de la Revolución Mexicana (1910-1921), una revolución autodenominada “agraria”, se hayan convertido en latifundistas —“Cresos usando el antifaz de Espartaco”[4]—. No era esa, sin embargo, la intención original de la revolución de 1910 ni de las Leyes de Reforma (1855-1860) del gobierno de Juárez. Ambos movimientos intentaron, según Vasconcelos, evitar la trampa del falso progreso, consistente en aumentar el mero volumen de las exportaciones mientras los campesinos y jornaleros languidecían en el atraso y la miseria. Vasconcelos lamenta que, además de vencer las dificultades interiores señaladas, en su época la reforma agraria tenga que vencer la resistencia del imperialismo económico norteamericano, “moderno equivalente de la antigua encomienda colonial”. Mientras no se resuelva el problema agrario con la debida solvencia técnica y en vistas al bien común —advierte—, se saboteará el progreso y se repetirá la experiencia mexicana, con revoluciones y brotes sangrientos en las regiones de Latinoamérica donde prevalezca la injusticia.

   Mariátegui insinúa que el socialismo es la solución que Vasconcelos propone para resolver el problema agrario. Si bien es cierto que, en la Indología, Vasconcelos se autodenomina “socialista” en un par de ocasiones, en el tratamiento del problema de la tierra no hay mención alguna del socialismo. Ciertamente, el autor considera, como se ha visto, que un régimen de propiedad que favorece la acumulación y el monopolio está en la raíz de los males sociales y económicos que han aquejado a los países latinoamericanos desde antiguo:

Consiste este régimen en que las tierras más extensas y más ricas pertenezcan […] no al cultivador, ni al pequeño propietario, sino al encomendero, al concesionario y en los tiempos que corren al trust. De esta suerte pasan los siglos y los sistemas de cultivo mejoran y se introduce el arado de motor y las grandes maquinarias […], pero el peón y el bracero no dejan de ser esclavos de su miseria; […] de allí resulta la situación inhumana de que mejoran los implementos y se enriquece más el propietario y aun las mismas bestias de labranza engordan, pero el campesino asalariado sigue tan oprimido y tan paria, como en los días del desembarco del primer conquistador; como en los días de Moctezuma o del Inca, cuya presencia hacía temblar.[5]

   En lugar del latifundismo, Vasconcelos propone el establecimiento no del socialismo sino de un régimen de pequeña propiedad: “Sin una colmena de pequeños propietarios no se concibe, no se consolida la grandeza de los Estados”[6]. Fiel al carácter de su obra, Resultado de imagen de tierras parceladasse abstiene de entrar en detalles técnicos. Desde luego, podría replicarse que la moderna agricultura industrial, con sus rendimientos superiores, requiere de fuertes inversiones en maquinaria e infraestructura —como el mismo Vasconcelos reconoce en el pasaje citado—, las cuales, al suponer grandes extensiones, resultan inviables en un mosaico de pequeñas propiedades (que se reducirían, por necesidad, a una agricultura de subsistencia). Vasconcelos es consciente de que la compejidad del asunto supone que cada caso deba estudiarse y manejarse con una sofisticación técnica que excede el ámbito de su trabajo, reconociendo que el problema requiere en ocasiones de grandes inversiones de capital y a veces solamente de “leyes y arreglos inteligentes”. Con todo, se sostiene el clamor vasconceliano por una situación secular que ha enriquecido casi exclusivamente al gran propietario —tlatoani, encomendero, hacendado o empresario capitalista— mientras relega al campesino a la marginación y la miseria.

   La consideración vasconceliana del problema de la tierra no se reduce a sus aspectos históricos ni técnicos. Consciente de que no puede ser vigoroso ni completo un ideal que persiga solo fines materiales, Vasconcelos señala que la tierra, además de proporcionarle sustento, permite al hombre —en cuanto escenario y paisaje— ensanchar la vida a través de la contemplación y la exaltación de la personalidad: “de la tierra nos viene […] esa especie de energía mística que nos deleita y nos envuelve en el todo y acrecienta nuestro anhelo de superar la existencia”. De ahí la necesidad de liberar al paisaje del dolor humano que carcome su entraña para que este se nos manifieste “purificado, sonoro y luminoso, vibrante de un anhelo que contagie y fortalezca nuestra propia aspiración de subir”[7]. Las reflexiones de Vasconcelos se constituyen, así, en una invitación a procurar, ju3nto con el progreso económico, un auténtico desarrollo social que permita sentar las bases de un crecimiento humano integral. Ello nos dirige hacia otro importante tema tratado por Vasconcelos en la Indología como en otras obras suyas, la educación, que será objeto del siguiente artículo de esta serie.

 

[1] A propósito de la Indología, José Carlos Mariátegui dirá que el “pensamiento de Vasconcelos afronta los riesgos de los más intrépidos vuelos; pero se complace siempre en retornar a la naturaleza y a la vida, de las cuales extrae su energía”. José Carlos Mariátegui, “‘Indología’ por José Vasconcelos”, https://www.marxists.org/espanol/mariateg/oc/temas_de_nuestra_america/paginas/indologia.htm. Esta página consigna la publicación original de este texto de Mariátegui en “Variedades, Lima, 22 de Octubre de 1922”. Sin embargo, en sus escritos autobiográficos, el mismo Vasconcelos afirma haber publicado la Indología en 1926. Las ediciones de la época carecen de fecha.

[2] José Vasconcelos, Indología. Una interpretación de la cultura ibero-americana, Agencia Mundial de Librería, Barcelona, s/d [1926], p. 58.

[3] Ibid.

[4] Vasconcelos, Indología, p. 60.

[5] Vasconcelos, Indología, p. 60-61.

[6] Vasconcelos, Indología, p. 62.

[7] Vasconcelos, Indología, p. 64.

El modelo europeo de Viktor Orban

 por José Luis Orella, historiador

          Hungría es un país de vieja existencia desde sus inicios como reino cristiano en el siglo X. Todavía habría que esperar hasta enero de 1522 para ver a una princesa española, María de Habsburgo, hermana de Carlos V, casada con el rey Luis II de Hungría, quien murió cuatro años después defendiendo su reino de la invasión turca. Desde entonces, Hungría ha tenido que defender su soberanía, también frente a las intromisiones del emperador austriaco. El Imperio dual que nació en 1867 con Francisco José, salvó al Imperio de su desaparición y posibilitó el resurgir de la identidad nacional magiar, que fue derrotada, pero no extinguida en 1848. Tras la Primera Guerra Mundial, y el Tratado de Trianon, surgió la actual Hungría, mutilada de más de la mitad de su territorio histórico, y con un tercio de su población étnica formando minorías en sus países vecinos. Fue una historia de supervivencia, pasando de la traumática experiencia de la república de los soviets, a la regencia del almirante Miklós Horthy; de aquí al protectorado nazi de los cruces flechadas y, finalmente, al sometimiento comunista de la República Popular del stalinista Mátyás Rákosi. El nuevo régimen ejecutó a 2.000 personas y encarceló a otras 100.000 personas. El hecho más relevante fue el proceso contra el cardenal Jozsef Mindszenty, detenido en diciembre de 1948. El 23 de octubre de 1956, en Budapest, 155.000 manifestantes quisieron homenajear a los militares húngaros eliminados por los rusos en 1848, destruyendo una enorme estatua de Stalin e iniciando una rebelión Resultado de imagen de primaver de budapest 1956que catapultó al país  entre los principales rotativos de la prensa internacional. El precio de la revuelta fue de 229 personas ejecutadas, 3.000 muertos en combate, 211.000 exiliados, 26.000 procesados, 26.621 condenados y 13.000 internados en campos de concentración. Estos hechos son los que forjaron el espíritu de resistencia magiar. Cuando el comunismo húngaro cayó y retornó la democracia al país danubiano, de entre la intelectualidad opositora destacó un estudiante de Derecho de la Universidad Eötvös Loránd (ELTE) de Budapest, Viktor Orbán. El joven veinteañero fundó con otros jóvenes la Federación de Jóvenes Demócratas en 1988 (Fidesz), que defendía un discurso democrático, europeísta y anticomunista. Después de una estancia en la Universidad de Oxford, en 1993 Orbán fue elegido presidente del partido. En 1998 el joven político ganó las elecciones y consiguió la adhesión de Hungría a la Unión Europea y la OTAN. En aquel mandato apostó por la reducción de impuestos, ayudar a las pequeñas y medianas empresas y reforzar la protección social de los más débiles. También respaldó la concesión de la nacionalidad húngara a las personas de etnia magiar en el extranjero, siempre que pudieran probar su descendencia de húngaros y su conocimiento del idioma. Entre el 2002 y el 2010 fue el jefe de la oposición a los gobiernos socialistas, retornando al poder en el inicio de la actual década con una aplastante mayoría absoluta en el parlamento. Orbán obtuvo el 52,73% de los votos. Durante estos dos últimos mandatos se reformó la ley electoral, reduciendo el número de parlamentarios de 386 a 199, y también la constitución, ya que la existente tenía origen en la comunista de 1949, que fue dictada por los asesores soviéticos. La nueva constitución magiar recobró la tradición cristiana que ha estado presente en la historia del pueblo húngaro.

          Los resultados electorales tan positivos de Fidesz-MPSz lo convertía en uno de los más sólidos del Grupo Popular Europeo hasta su reciente expulsión. En cualquier caso, su actual alianza electoral con el Partido Cristiano Demócrata (KDNP, Kereszténydemokrata Néppárt) le ayuda a retener un electorado de centro sin competencia. Por otro lado, ha ido sumando a los democristianos otras tradiciones políticas. En el 2011 se disolvía el Foro Democrático Húngaro (MDF Magyar Demokrata Fórum) que había representado el mundo conservador, nacionalista y  anticomunista durante la transición, absorbiendo no sólo a su electorado, sino también su discurso político. Dos años después, otra sigla histórica de la reciente historia democrática, la Alianza de los Demócratas Libres (SZDSZ, Szabad Demokraták Szövetsége), que compartía el mensaje liberal con Fidesz, desapareció en el 2013 por sus malos resultados. Estos hechos han favorecido a una figura como Viktor Orbán, histórico disidente contra el comunismo, que ha ido sumando a sus siglas a sus antiguos compañeros de protesta. En frente suyo una oposición plural y dividida dibuja opciones diferentes. El Partido Socialista Húngaro (MSZP, Magyar Szocialista Párt) heredero de la tradición comunista y descabezado por la colaboración con la policía política de algunos de sus dirigentes; el movimiento Jobbik, nacionalista y nostálgico de la idea de la Gran Hungría y el partido Verde, son los portavoces de una visión crítica del ejecutivo de Fidesz.

          Sin embargo, el mapa actual de Hungría nos aclara muchos interrogantes. A nivel interno, el trato a las minorías históricas se ve reflejado en la celebración del Año de la Conmemoración del Holocausto Húngaro en el 2014, donde se destacó la importante contribución judía al país. Del mismo modo, la declaración del 19 de enero como día del recuerdo para los alemanes étnicos detenidos y deportados de Hungría: sesenta y cinco mil conciudadanos fueron enviados a campos de trabajos forzados en Siberia. En el momento actual, las escuelas alemanas se han multiplicado por cinco, y el número de sus estudiantes se ha triplicado. La comunidad húngara alemana ha crecido hasta doscientas mil personas. Con respecto a los gitanos, una comunidad que vive en situación de pobreza, se ha aumentado en un 50 % el número de sus jóvenes que acceden a la educación superior.

          En cuanto a los datos económicos del país, la situación heredada de la administración socialista fue de un profundo endeudamiento por el alto déficit público y, a nivel social, por el compromiso de préstamos en moneda extranjera contraído por muchos particulares. Desde el 2010 los créditos en divisas foráneas casi se han eliminado, el consumo está aumentando y las tasas de interés han caído drásticamente. El déficit del gobierno fue del 1,9 por ciento del PIB y la relación deuda/PIB va declinando. Según los datos del crecimiento del PIB de la Oficina Central de Estadística húngara, la economía húngara creció un 4 % en el 2017; un dato que no se había alcanzado en los últimos doce años. Esta mejora de la economía ha redundado en un aumento salarial del 12.8 %, que supone un 54 % superior a lo que se cobraba de media en 2010. Del millón de puestos de trabajo prometidos en el 2010 por el Fidesz, se han creado 736.000, reduciendo el desempleo a un mínimo histórico del 3,8 %. La población ha aumentado en setenta mil personas por el incremento demográfico. Los matrimonios han aumentado un 46 % por la mejor situación laboral. Los magiares han dejado de emigrar y la necesidad de mano de obra está atrayendo a ucranianos y balcánicos en gran número. Con respecto a la fuerte presencia internacional desde la privatización tras la caída del comunismo, más de la mitad de los medios de comunicación son propiedad de capital magiar y del mismo modo las entidades bancarias, eliminando el problema del endeudamiento en otra moneda.

         A nivel exterior, el gobierno magiar es proeuropeo y es favorable a tener una fuerza de defensa común, pero es fiel al espíritu fundacional europeo nacido en el Tratado e Roma de 1957 y que fue defendido por los presidentes De Gaulle y Adenauer, estableciendoImagen relacionada una Europa basada en una alianza de naciones libres que tienen en común su herencia cristiana. El 78% de los magiares son favorables a defender la cultura y tradición cristiana de su nación. En una decisión difícil por la presión de la Unión Europea sobre la política de llegada de refugiados, el gobierno realizó en el 2016 un referéndum que daba respaldo social a la decisión del gobierno de reforzar el control de fronteras del país ante la llegada masiva de millones de refugiados.  El ejecutivo se mostró favorable a revertir competencias a los Estados soberanos para un control más democrático y eficaz de la gestión. Este punto de vista coincide con el resto de los miembros del grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, Eslovaquia y República Checa) que es la región que más ha crecido económicamente de la Unión Europea y que más ha reducido los niveles de pobreza; además de conjurar hasta la fecha todo intento de atentado yihadista. Palabras como Patria, familia, trabajo, y sentido común siguen formando parte de su vocabulario político. Estas naciones coinciden en la recuperación de su libertad en 1989, en el deseo de vivir su democracia política y en defender la herencia cultural de sus antepasados.

          El respaldo que sus diásporas tuvieron durante la guerra fría por los Estados Unidos hace que en política exterior Hungría tenga buenas relaciones con la primera potencia del mundo, formando parte de la OTAN desde 1999; pero también con Rusia, garante deImagen relacionada energía barata para su economía, como es el convenio firmado para la construcción de una central nuclear. También ha estrechado relaciones con países como Israel, Singapur o China, de fuerte crecimiento económico y con los cuales mantiene acuerdos de cooperación estables. El potencial turístico magiar y la protección de su rico legado cultural han convertido Hungría en un país atractivo, puerta de entrada a la región centroeuropea.

         Sin embargo, la actual política migratoria de la UE ha provocado una situación problemática con el país danubiano. Como se ha dicho, en una decisión difícil por la presión de la Unión Europea sobre la política de llegada de refugiados, el gobierno realizó en el 2016 un referéndum que daba respaldo social a la decisión del gobierno de reforzar el control de las fronteras.  No obstante, en septiembre de 2018, con 448 votos a favor, 197 en contra y 48 abstenciones, el parlamento europeo daba cobertura a las instituciones europeas para que activasen por primera vez el artículo 7 contra Hungría, un estado miembro de la UE. El informe elaborado por una europarlamentaria holandesa, Judith Sargentini, cuya formación proviene del viejo Partido Comunista, que en 1956 animó la intervención militar soviética en Hungría. A pesar de todo, el veto polaco sirvió para evitar la necesaria unanimidad de todos los países miembros. En marzo el Partido Popular Europeo decidía a dos meses de las elecciones europeas, suspender el estado de miembro del Fidesz.Resultado de imagen de la UE contra Orban

          Estamos ante dos visiones distintas de Europa: la de aquellos países leales al espíritu fundacional de 1957 y la de quienes han renunciado al mismo por patrones ideológicos opuestos. Esta mutación, gestada en los años setenta del siglo pasado, ha ido agravando las tensiones entre muchos Estados, además de acelerar una burocratización de las instituciones europeas que ha contribuido al rechazo de muchos ciudadanos. De ahí la actual crisis de la Unión Europea, resultado de una desnaturalización vinculada a los cambios experimentados por las sociedades de la Europa occidental.

Democracia sin partidos

 por Antonio Cañellas, historiador

            Este año se conmemora el setenta aniversario de la publicación del libro Fines y fin de la política, luego titulado Democracia sin partidos (edición de 1952) de Adriano Olivetti. Hijo del fundador de la primera fábrica italiana de máquinas de escribir, continuó con la empresa familiar hasta convertirla en un referente internacional. EnResultado de imagen de democrazia senza partiti su estancia de formación en los Estados Unidos se imbuyó de las tesis planificadoras del New Deal y de la visión comunitarista nortemanericana. Según ésta, el principio de cooperación –libre y voluntario− de los particulares, organizados en comunidad, resultaba beneficioso para la democracia moderna por cuanto estimulaba el compromiso cívico en la toma concreta de decisiones desde la misma base social. Este ejercicio de los deberes y derechos en el seno de dichas comunidades (culturales, religiosas, profesionales, etc.) alentaría virtudes como la prudencia, la laboriosidad o el servicio a los demás[1]. A partir de aquí Olivetti trazaría una concepción del Estado capaz de integrar los valores solidarios del socialismo con la defensa e impulso de la dignidad humana. En este aspecto destacó la influencia de los pensadores cristianos de la filosofía personalista; tanto Emmanuel Mounier como Jacques Maritain contribuyeron a perfilar su idea de comunidad. El intento por superar el individualismo autosuficiente y las tendencias despersonalizadoras de los totalitarismos de la época, empeñados en reducir al hombre a un instrumento en manos del Estado, constituiría el rasgo más sobresaliente de su propuesta. De ahí que la vindicación de la trascendencia humana como vehículo de apertura a la vida en común desde cada individualidad conformara el eje vertebrador de su esquema de pensamiento[2]. Así las cosas, la reforma orgánica del Estado exigiría de un equilibrio entre su función directiva con el respeto a la autonomía propia de las comunidades sociales. Éstas habrían de articularse a modo de agrupaciones humanas territorialmente estables, con poderes amplios y organizados en el campo de la cultura y del trabajo, con el propósito de encarar eficazmente su autogestión[3].

            Después de la experiencia fascista, la constitución italiana de 1948 consagró un sistema de partidos como herramienta para asegurar la confluencia libre y democrática de los ciudadanos en la vida política del país. Sin embargo, el control paulatino de las instituciones del Estado –hasta el punto de coparlas− por parte de las distintas formaciones, acabó generando una crítica severa contra dichas prácticas. La llamada partitocracia o gobierno de los partidos, cada vez más focalizados en satisfacer sus anhelos de poder en detrimento del interés general, propició una serie de respuestas de diversa índole. Todas ellas se orientaron a limitar su influencia o ajustarla conforme al principio del bien común.

            El debate no era nuevo. Ya en la Europa de entreguerras se había producido la crisis del parlamentarismo con el surgimiento de regímenes autoritarios. Fue el momento del auge de las tesis corporativistas como alternativa política al sistema de partidos. En España, una parte de aquellas corrientes se identificaron con el regeneracionismo brotado a raíz de la crisis de 1898. Al postularse una fórmula que diera voz a las corporaciones de la sociedad se aspiraba a contener la mediatización de los partidos; además de autentificar un sufragio premeditadamente manipulado por la componenda bipartidista de progresistas y conservadores en un país con altos índices de analfabetismo. En su caso, Joaquín Costa abogó por la participación de las cámaras de comercio en la vida política. Su republicanismo federal propugnaba la implicación de todos los ciudadanos en los quehaceres públicos, comenzando por la base de la sociedad hasta trabar un ente comunitario en el que residiría la soberanía y, por tanto, la libertad de agruparse a más altos niveles con fines solidarios. Otros pensadores, vinculados a la tradición católica, diferenciaron dos tipos de soberanías complementarias dentro de la sociedad. Según Juan Vázquez de Mella, las sociedades 1928-02-29,_Mundo_Gráfico,_Juan_Vázquez_de_Mella,_Kaulakmenores irían incorporándose a las superiores de una manera espontánea (por un proceso de socialización connatural a la condición humana), de tal forma que los límites entre ellas establecieran una garantía mutua de derechos y deberes, manteniendo así las propias libertades. Los denominados cuerpos inferiores tendrían su núcleo primero en la familia que, una vez agrupadas, darían origen a los municipios, seguidos de las comarcas y regiones. De este modo se configuraría la soberanía social, nacida de aquellos fundamentos para ordenar y perfeccionar la convivencia de dichas entidades. Esta jerarquización natural precisaba, no obstante, una autoridad que dirimiera posibles conflictos. Por eso la necesidad del Estado que, identificado con la soberanía política, velaría por la autonomía de estas expresiones soberanas con un contrapeso de poderes que las coordinara armónicamente en beneficio de todos[4].

            Aunque estas premisas teóricas no cuajaran entonces, sentaron los cimientos para un ensayo posterior, al que también contribuiría Salvador de Madariaga durante la II República. Inserto en la herencia liberal y krausista, contempló la oportunidad de un Estado corporativo para un mejor desarrollo de las libertades ciudadanas. En su obra Anarquía o Jerarquía (1934) aludió a la existencia de una psicología nacional que, en el ámbito hispánico, tendería a un apasionamiento demagógico que recomendaba sustituir el multipartidismo por un sistema que calificaría de democracia orgánica:

La imagen de la República que buscamos es una democracia orgánica unánime, que se proponga sinceramente el bienestar y la libertad de los ciudadanos poniendo a su disposición el ambiente adecuado para su desarrollo. En esta República ideal, las diferencias de opinión quedarán reducidas a un mínimo relativo tan sólo a cuestiones de método, y que será como el reflejo de las diferencias de temperamento entre los ciudadanos[5].

            Pese al contexto general de agitación, con una sociedad europea fuertemente dividida por facciones y grupos de pensamiento, resultaba muy arduo instituir ese modelo sin una previa labor desideologizadora orquestada desde el mismo poder. De hecho, todas las pruebas dispuestas a tal fin (véase el caso de Italia, Portugal, Austria o España) tuvieron que decantarse por gobiernos autoritarios que, por lo demás, se apoyarían en estructuras de partido único más o menos acentuadas para perpetuar un sistema que devino imposible. Quizá sus fundadores confiaban en alumbrar una nueva Era, distinta a la inaugurada a partir de la Revolución Francesa en 1789. Sin embargo, el tránsito de una Edad marcada por la unidad de pensamiento en las cuestiones fundamentales de orden religioso, moral, filosófico o político a otra caracterizada por un pluralismo ideológico creciente, en el que todo es relativo y objeto de discusión[6], revela ese obstáculo cultural (un auténtico choque con la mentalidad imperante) para forjar modelos sociopolíticos de aquel estilo. Así lo percibieron algunos intelectuales y estadistas que, aun siendo conscientes de la división provocada por los partidos en ciertos períodos, prefirieron cavilar fórmulas más conciliables con el sentir de la época, pero sin renunciar a los correctivos necesarios.

            Fue Charles De Gaulle quien, en línea con el legado bonapartista, hizo de los partidos el objeto de sus censuras a causa de los inmensos poderes que habían acumulado en el ordenamiento constitucional de la IV República francesa desde 1946. Para el antiguo líder de la resistencia, la soberanía de la nación −en cuanto unidad histórica− pertenecía al pueblo siempre que se expresara de manera conjunta y directa. Por tanto, no admitía que aquélla pudiera trocearse entre los diferentes intereses representados por los partidos. En su opinión, éstos debían encauzar el contraste de pareceres de la ciudadanía con la elección de los diputados en el Parlamento, pero sin que la continuidad de los gobiernos (poder ejecutivo) dependiera de ellos, como había sido la tónica habitual. El gabinete ministerial debería provenir de un poder suprapartidista (por encima de los partidos) que, en su caso, encarnaría la Jefatura del Estado como exponente de la permanencia y unidad de la nación[7]. Todo un programa contenido en la constitución francesa de 1958, todavía vigente en su armazón fundamental[8].

            Hasta esa fecha, la inestabilidad de la política francesa, agravada por la atomización política de los partidos, fue un fenómeno también experimentado por Italia. La evolución del sistema hacia la partitocracia precipitó que algunos enarbolaran la bandera del presidencialismo, a ejemplo de París. Aunque no llegara a materializarse la vía comunitarista de Olivetti −fallecido en 1960−, otros autores como Lorenzo Caboara (profesor en la Universidad de Génova) abogaron por una apertura del régimen de partidos que facilitara una participación integral de los ciudadanos, también de las corporaciones sociales, en la vida política[9]. Esta pretensión de pergeñar una democracia menos mediatizada por los partidos con arreglo a un criterio técnico, más apoyado en el Estado de razón que en ciertos sinsentidos ideológicos, recibió la acogida de otras voces eminentes. En España, Julián Marías o Camilo José Cela UCD y PSOE suprimen la figura de los senadores reales anulando cualquier  poder del Rey en cámaras legislativas - La Hemeroteca del Buitreaplaudieron el acceso de la sociedad civil a las instituciones representativas sin necesidad de adscripción o concurrencia en las filas de un partido[10]. La figura de los senadores de libre designación real, contemplada hace años por la ley[11], con el nombramiento de personalidades destacadas por su valía humana, intelectual o profesional; o la elección de representantes de los Colegios Profesionales, las Academias, las Cámaras de Comercio, etc. entre sus propios miembros, podría contribuir a enriquecer el debate público y a mejorar la obra legislativa. El conocimiento y la especialización en materias variadas quizá aportarían perspectivas más razonadas, aminorando la demagogia a la que acostumbra la refriega partidista. Probablemente la política ganaría en credibilidad e intensificaría su cometido en la promoción efectiva del bien común.

[1] Russell Kirk, ¿Qué significa ser conservador?, Ciudadela, Madrid, 2009, pp. 48-49.

[2] Adriano Olivetti, Democrazia senza partiti, Edizioni di Comunità, 2013, p. 53.

[3] Ibid., p. 47.

[4] Juan Vázquez de Mella, Regionalismo y Monarquía, Rialp, Madrid, 1957, pp. 112-113.

[5] Salvador de Madariaga, Anarquía o Jerarquía, Aguilar, Barcelona, 1934, p. 163.

[6] Véase la introducción de José Luis Comellas a su Historia breve de España Contemporánea, Rialp, Madrid, 1989, pp. 20, 23.

[7] Charles De Gaulle, Memorias de esperanza. La renovación, Taurus, Madrid, 1970, p. 14.

[8] Para un estudio acerca de sus reformas parciales, Andoni Pérez Ayala, «Revisiones constitucionales y reformas institucionales en la V República francesa», Revista de Estudios Políticos, nº 148, 2010, pp. 105-157.

[9] Lorenzo Caboara, Los partidos políticos en el Estado moderno, Ediciones iberoamericanas, Madrid, 1967, pp. 94-96.

[10] Ante la supresión de los senadores por designación real acordada por las fuerzas políticas mayoritarias en 1978, el filósofo Julián Marías calificó la medida de serio error «pues implicará que la totalidad de la Cámara Alta quedará obligada por la disciplina de los partidos». Sobre la necesidad de preservar una independencia de criterio, al menos entre un grupo de representantes públicos (sin militancia partidista), cabe mencionar las irónicas declaraciones de Camilo José Cela en la entrevista a Jesús Hermida en el programa Su turno de TVE (10/05/1983): «Me gusta la política de una manera especulativa […]; ahora, quizá no de una manera activa. Yo no creo que sirviese para ministro […]. Y mucho menos para figurar en la Cámara, en el Senado o en el Congreso obedeciendo instrucciones si no estoy de acuerdo […]. Por eso admiro tanto a los diputados y senadores, que nadie sabe cómo se llaman muchos de ellos y se aburren como gatos, pero aguantan marea para que no les riñan».

[11] Art. 2. 3 de la Ley para la Reforma Política. BOE 1/1977.

La amistad como eje de la convivencia social

 por Edison Tabra, jurista

Los antecedentes conceptuales de la solidaridad se encuentran en la época de los estoicos, pero fue Aristóteles quien expuso la solidaridad como un conjunto de personas con características y deberes comunes, en un espacio limitado y partiendo de una solidaridad “cerrada”. A saber: aquélla que parte de la amistad, entendida como el principal bien que poseen los ciudadanos en la comunidad dentro de un régimen de igualdad. Por tanto, la solidaridad constituye el vínculo en común que une a las comunidades.

Para Aristóteles, la virtud es un hábito selectivo que consiste en un término medio relativo a nosotros, determinado por la razón y a la que se ajustará la actuación humana. El término mImagen relacionadaedio lo es entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto, y también por no alcanzar en un caso y sobrepasar en otro el justo límite en las pasiones y acciones, mientras que la virtud encuentra y elige el término medio. Por eso, desde el punto de vista de su entidad y de la definición que enuncia su esencia, la virtud es un término medio, pero desde el punto de vista de lo mejor y del bien.

Interpretando estas ideas, las decisiones voluntarias del hombre serán virtuosas si son un intermedio entre la “escasez” y la “abundancia”. Por ejemplo, la virtud de la generosidad es el intermedio entre la tacañería y la prodigalidad. De esta manera, Aristóteles aconseja y esclarece las virtudes existentes en las decisiones diarias del hombre, en las cuales debe trabajar para su búsqueda y aplicación. En este marco se ubica la solidaridad.

Sin embargo, el término “solidaridad” no aparece literalmente en las ideas del filósofo griego, sino en la noción de la amistad como virtud dirigida a la búsqueda del bien y la propia realización de la persona por medio del ejercicio de una justa medida de la acción. Esta concepción aristotélica de la amistad es la práctica del amor de forma recíproca entre las personas, guiadas no por razones de utilidad, placer o beneficio, sino por su carácter y/o formación. Es la virtud necesaria para la vida del ser humano porque le permite tener amigos; es decir, permite la socialización del hombre con sus iguales (sin diferencias económicas, sociales o raciales). Lo mismo sucede a nivel de grupos en lo que se refiere a la amistad entre “las ciudades”. Por tanto, el ejercicio de la amistad convierte en innecesaria la justicia, pero aun siendo justos necesitan además de la amistad, y parece que son los justos los que son más capaces de amistad.

La necesidad de contar con amigos con quienes desarrollarla constituye la condición esencial para el ejercicio. En tal sentido, Aristóteles considera tres tipos de amigos: por interés, por placer y por virtud. De estos, el ser humano debe optar por el tercer tipo. Asimismo, el objeto de la amistad es desear el bien del amigo. En este sentido, Aristóteles establece la diferencia con la benevolencia: de los que así desean el bien de otro, decimos que son benévolos si de la parte del otro no se produce el mismo sentimiento, pues cuando la benevolencia es recíproca decimos que es amistad.

La amistad, de acuerdo con las personas participantes, se clasifica de dos maneras. La primera clase corresponde a la amistad entre personas de igual condición y virtuosas. El bien que se cree entre ellas permanecerá mientras la amistad dure, a expensas de tiempo y trato para su configuración. Por su parte, el segundo tipo de amistad se constituye entre las personas con desigualdad social, política o económica, entre las cuales la amistad está regida por la “proporcionalidad de los afectos y servicios”, conocida como la compensación entre la persona que aporta más afecto pero menos servicio y aquella que ofrece menor afecto y pero más servicio; de modo que la relación de amistad termina igualándose.

Resultado de imagen de grupos de amigos

La práctica de la amistad tiene como objetivo la búsqueda del bien común o el “bien de la ciudad”; para alcanzarlo las personas deben ser virtuosas en la búsqueda del bien de sus semejantes. La solidaridad surge como producto de esta práctica; es decir, en las relaciones creadas entre las personas de igual condición y que buscan el bien entre sí. Así, por la existencia de lazos comunes y subjetivos, como los gustos personales o profesionales, la amistad es recíproca y no admite diferencia alguna entre las personas.

De otro lado, la comunidad política es el marco ideal en el que se ejerce la amistad con el fin de conseguir una convivencia adecuada y propiciadora del bien común: unos dan y otros reciben procurando el bien esperado, de modo que el que aporta lo hace de la misma manera en que espera que le aporten. A diferencia de la amistad por interés, en el caso de la amistad como virtud, la reciprocidad igual, probable o cierta queda solo como intencional. De este modo, la noción, aunque primigenia, de la solidaridad es entendida por Aristóteles como la consecuencia del ejercicio virtuoso de la amistad, lo cual hace posible la convivencia entre las personas de igual o diferente condición política, social, económica o cultural. Para realizar esto debe configurarse la amistad, la “igualdad” de las personas y la búsqueda del bien por el bien. Como consecuencia, se logrará el bien común en la comunidad, de manera que la reciprocidad no será necesaria sino intencional.

En conclusión, la solidaridad aristotélica destaca tres puntos que servirán para construir o elaborar un criterio subjetivo de la solidaridad. El primero es la función reguladora de la solidaridad en relación con los criterios de libertad e igualdad y en orden a garantizar el bienestar o bien común de la comunidad. La libertad está restringida a los sacrificios que el ser humano hace para favorecer la convivencia social con los demás, con quienes comparte lazos en común. El segundo punto es la primacía de la virtud en la práctica solidaria, entendida como el término medio de dos extremos. La práctica virtuosa de la amistad (solidaria) es la expresión del comportamiento mesurado del hombre (pasiones y acciones) para conseguir su bienestar y desarrollo. En tercer lugar se encuentra la importancia de la sociabilidad y la gratuidad en la práctica de la virtud solidaria. La preocupación por el otro, por los lazos de amistad, la perseverancia en la práctica de la virtud de la amistad y la consiguiente reciprocidad del prójimo sintetizan el éxito de la solidaridad como logro de una adecuada convivencia en la comunidad.