por Rodrigo Ledesma Gómez, historiador del arte
Una vez establecida la Diócesis de Linares en el Nuevo Reino de León (México) en el año de 1777, el segundo obispo fue Fray Rafael José Verger y Suau, nacido en la villa de Santanyí, en la isla de Mallorca (España), el 10 de octubre de 1772. Un prelado franciscano que gobernó la sede episcopal de 1783 a 1790. En este último año le sorprendió la muerte en Monterrey, ciudad en la que mantenía su residencia, al no ser de su agrado la villa de Linares, ya que: “ […] decidió permanecer en Monterrey y consiguió que el rey ordenara en 1789 que el primer cabildo eclesiástico se instalara en esta ciudad”. (Cavazos 2008, p.39). Verger solicitó el cambio de la sede catedralicia de Linares a Monterrey con una: “dignificación de la vieja parroquia, para que haga las veces de catedral” (Espinosa 2020, p. 52).
Su fama ha transcendido en la región por haber mandado edificar el Palacio de Nuestra Señora de Guadalupe en la loma de la Chepe Vera, conocido popularmente como el Obispado, lugar donde murió el 5 de julio de 1790. “Su memoria se ha perpetuado y parece que su figura de bienhechor cobija a la ciudad metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey, que él convirtió en sede episcopal, desde “El Obispado”, o “Palacio de Nuestra Señora de Guadalupe” que edificó en la loma de Vera”. (Tapia 1975, p. 449). Sin embargo, también su reputación ha quedado registrada por su caridad. Cuando en 1786 una fuerte helada cayó en la región, provocando pérdida de cosechas, así como escasez de víveres, el obispo emprendió varias jornadas de ayuda a los damnificados. (Tapia 2008, p. 171).
En la Arquidiócesis de Monterrey se atesoran tres retratos del ilustre obispo mallorquín, los cuales a pesar ser hechos por uno de los más importantes pintores de la segunda mitad del siglo XVIII, José de Alzíbar, son mínimamente conocidos.
Título: Sr. Rafael José Verger, Segundo Obispo Diócesis de Linares
Fecha: 1792
Autor: José de Alzíbar (firma en el ángulo inferior derecho)
Técnica: Óleo sobre tela
Medidas: 109 x 83 cm.
Ubicación: Sala Capitular, Catedral de Monterrey
En este cuadro elaborado por el pintor José de Alzíbar y que se considera como el retrato más fidedigno de Verger, el prelado es plasmado con el traje de su investidura con capa púrpura más su hábito de la orden del Serafín de Asís. Las mangas blancas exhiben elegantes adornos de encaje en las muñecas. La mano derecha, en cuyo dedo anular porta el anillo de su rango eclesiástico, está en actitud de bendición, mientras que la izquierda la recarga levemente sobre el torso tocando la cruz de oro con nueve esmeraldas.
Un cortinaje verde oscuro detrás del Obispo cubre las tres cuartas partes del fondo y del lado derecho da cabida a la mitra episcopal en la que se resaltan los bordados en hilo de oro.
El rostro de Fray Rafael José Verger destaca por la precisión con la que fue tratada su barba recién afeitada, en la que se puede apreciar claramente la leve tonalidad verdosa. Además, los detalles de los rasgos que definen la fisonomía de la cara resaltan su adusto semblante. En su cabeza se asoma parte de su pelo cano por debajo del solideo en color negro. Aunque los ojos del Obispo están dirigidos hacia la izquierda, hay una conexión con el espectador, efecto pictórico de los retratos muy recurrido por algunos artistas desde la época del Renacimiento.
En la parte inferior del cuadro, se inscribe una biografía del obispo franciscano:
“EL ILUSTRÍSIMO Y REVERENDÍSIMO SEÑOR DON DOCTOR FRAY RAFAEL JOSÉ VERGER, NATURAL DE LA VILLA DE / Santi Agni del Reyno de Mallorca tomó el havito en aquella Serafica Provincia en el Convento de Jesus extramuros de la / Ciudad de Palma donde concluidos los Estudios obtuvo la borla de Filosofia la que renuncio para venir en Mision a el Colegio / de San Fernando de México donde llegó el día 2 de Abril de 1756 y habiendo recibido el nombramiento del Señor Don Carlos III en 24 de Marzo / de 1782 de segundo Obispo del Nuevo Reyno de Leon despachadas las Bulas por Nuestro Santo Padre el Señor Pio VI. lo Consagro el Excelentisimo E Ilustrisimo Señor Doctor Don Alon /so Nuñez de Haro, y Peralta Arzobispo de Mexico el día 12 de Junio de 1789, en el 29 de dicho salió para su Obispado donde murió el 5 de julio de 1790”.
La calidad del pincel de Alzíbar se aprecia en todo el retrato, pues la precisión de los pormenores anatómicos, así como de las vestiduras del personaje, revelan la maestría de la ejecución del lienzo, el cual también destaca por el manejo de los claroscuros.
El padre Raúl Mena Seifert y quien esto escribe (Ledesma 2012, p. 120) descubrimos en el año de 2010 la firma del artista en el ángulo inferior derecho “Josephus Ab Alzibar pint/Mexici a° 1792”.[1]
Título: Sr. Rafael José Verger, Segundo Obispo Diócesis de Linares
Fecha: Última década del siglo XVIII
Autor: Taller de José de Alzíbar
Técnica: Óleo sobre tela
Medidas: 109 x 83 cm.
Ubicación: Museo Arquidiocesano de Arte Sacro de la Diócesis de Monterrey
La posición del cuerpo de Fray Rafael José Verger es de tres cuartos y la mirada la gira levemente a su derecha. El prelado porta su traje obispal en color púrpura. Sin embargo, debajo de éste lleva su hábito de franciscano de la orden de los menores. La mano izquierda toca la parte inferior de la cruz, pieza de refinada manufactura en oro con siete incrustaciones de esmeraldas, símbolo de las últimas palabras de Cristo pronunciadas durante su sacrificio, mientras que la derecha, con su anillo obispal, está en actitud de bendición. Las mangas blancas terminan en elegantes muñequeras de encajes, dignas de su investidura.
Detrás del Obispo un cortinaje azul cae en pliegues, cubriendo tres cuartas partes del fondo. De lado derecho dentro de un enmarcamiento heráldico con sombrero de Obispo con colgaduras está su escudo episcopal en el que se aprecia un borrego con un pendón en rojo, que es el de su villa natal de Santanyí: “Verger lo tomó del sello de la parroquia del pueblo, en que aparece el Cordero con una bandera tremolante, sobre el libro apocalíptico y con los siete sellos” (Tapia 2013, p. 33). Debajo de su emblema una elegante tiara obispal confeccionada con hilos de oro se sostiene encima de unos libros.
En la parte baja del cuadro hay una inscripción, la cual nos ofrece datos de la vida de Fray Rafael José Verger:
“El Ylustrisimo y Reverendo Señor Doctor Don Fray Rafael Jose Verger, natural de la Ciudad de Santi Agni, del Reyno de Mallorca nacio a 10 de Octubre de 1722. Tomo / el abito de aquella seráfica provincia en el combento de Jesus de Palma, donde hizo carrera literaria, hasta graduar de Doctor en Filosofia y leyó Sa / grada Teologia. Vino a Mexico con una misión del colegio de San Fernando en 2 de Abril de 1756. Alli fue guardian dos veces del Capitolio confirmando al Ylustrisimo / Señor Sacedon, primer obispo de Linares, después fue nombrado por el Señor Pio VI segundo obispo de Linares en el Nuevo Reino de León año de 1782. En 22 de Junio 1783 fue consagrado por el / Ilustrisimo Señor Doctor Don Alfonso Núñez de Haro y Peralta. Entró a su Obispado en 22 de Octubre del mismo año y murió en el Palacio de Nuestra Señora de Guadalupe / de la loma en 4 de Junio de 1790”.
Una de las cualidades de este cuadro es la mirada del obispo Verger que, a pesar de estar virada hacia la izquierda, tiene un directo contacto con el espectador. El rostro está bastante bien tratado en los detalles de las facciones, pero sobre todo el leve color verde de su barba y bigote afeitados. Del mismo modo, las manos están trabajadas con bastante destreza, especialmente la derecha.
El obispo lleva el solideo de su investidura en color negro y las vestiduras del gobernante eclesiástico, así como el cortinaje, son sencillas en su composición. Sin embargo, los detalles de los olanes destacan por sus pormenores de contextura, de la misma manera que la orfebrería de la cruz y del adorno de la tiara.
A pesar de no estar firmado, este lienzo de buena factura es bastante parecido al que está firmado por José de Alzíbar en 1792. De ahí que, por algunos pormenores mínimos de elaboración pictórica, es la razón para dar su atribución al taller de Alzíbar.
Título: Sr. Rafael José Verger, Segundo Obispo Diócesis de Linares
Fecha: 1784
Autor: José de Alzíbar
Técnica: Óleo sobre tela
Medidas: 208 x 130 cm.
Ubicación: Museo Regional del Obispado, Monterrey
Título: Sr. Rafael José Verger, Segundo Obispo Diócesis de Linares
Fecha: 1975
Autor: Odilón Ríos (Copia del original de José de Alzíbar). Firma en el ángulo inferior derecho.
Técnica: Óleo sobre tela
Medidas: 208 x 130 cm.
Ubicación: Sacristía, Catedral de Monterrey.
La Catedral poseía un retrato más del Obispo Rafael José Verger con fecha de 1784 firmado por José de Alzíbar. Posiblemente el Obispo al ser consagrado en México en junio de 1783 contrató los servicios de Alzíbar, ya que es el 18 de diciembre que el Obispo llega a Monterrey para seguir su camino a Linares. El cuadro fue prestado al Museo Regional del Obispado y devolvieron una copia realizada por Odilón Ríos en 1975, según consta en la firma del lado inferior derecho y es dicho duplicado el que se encuentra en la Sacristía de la Catedral de Monterrey.
El Obispo está de cuerpo entero y de pie. Viste con su hábito de fraile franciscano en que resalta su cordón de castidad, una túnica blanca de encaje a la rodilla y las mangas terminan en resaltadas muñequeras. Por encima de la túnica porta su traje de obispo con la muceta, ambos en color púrpura, ostentando su cruz obispal de oro con siete esmeraldas. Calza sandalia de franciscano pese a su alta investidura eclesiástica.
Con la mano derecha sostiene su sombrero y en el dedo anular lleva su anillo pastoral. La mano izquierda descansa sobre una mesa con paño rojo; el dedo índice apunta hacia una pequeña hoja blanca con una inscripción. Detrás está colocado un tintero gris con tres plumas blancas y a un lado y hacia la derecha, la mitra obispal exhibe sus elegantes bordados barrocos en hilo de oro, acompañados por hileras de perlas en los bordes y en el centro.
El rostro del obispo es bastante similar a los dos otros cuadros en cuanto a la composición anatómica, ojos y cabeza cubierta con el solideo en color negro.
Atrás del prelado se aprecia un mueble de forma escalonada y un cortinaje verde. Como en el lienzo del taller de Alzíbar, el escudo del obispo con su borrego y el pendón rojo, alude a su ciudad natal mallorquina de Santanyí. También, como en el cuadro anterior, el enmarcamiento está acompañado del sombrero de Obispo con sus colgaduras y a diferencia del otro los bordes del marco son curvilíneos.
Los tres retratos del Obispo Verger son de una notable calidad artística, sin embargo son poco conocidos, ya que no son mencionados por quienes han estudiado la obra de José de Alzíbar. Esto posiblemente se deba a que al estar en un lugar alejado de las ciudades virreinales con más adelanto, Monterrey no figuraba como un sitio de importancia, donde se pudiera pensar que hubiera obra de este importante pintor.
Sobre el desarrollo pictórico de José de Alzíbar, en un recuento cronológico historiográfico, Bernardo Couto en su libro del siglo XIX al hablar sobre la pintura novohispana menciona la que la Catedral del México resguarda El triunfo de la Fe y una Última Cena (1947, p. 108). Agustín Velázquez en Tres Siglos de Pintura Colonia Mexicana menciona que la posible fecha de nacimiento de Alzíbar haya sido entre 1725 y 1730 y su muerte hacia la primera década del siglo. Con un estilo personal, pintó cuadros con temas religiosos, en lo que fue: “Amable y elegante en sus composiciones; fastuoso y vívido en el colorido”. (1939, p. 285). Los expertos bolivianos en arte virreinal José de Mesa y Teresa Gisbert también dan las mismas fechas que Velázquez para su nacimiento y la muerte la sitúan hacia 1807. Mencionan que su desarrollo se dio entre el barroco dieciochesco de la segunda mitad del siglo XVIII y las primeras influencias neoclásicas. (1959, p. 26).
El padre de los estudios del arte colonial, Manuel Toussaint en su magno trabajo póstumo Pintura Colonial en México cita algunas imágenes de personajes elaboradas por Alzíbar, tales como la del Virrey Don Antonio María Bucareli y Ursúa de 1774 que se encuentra en la colección de la Iglesia de la Profesa en la Ciudad de México, el de Sor María Ignacia de la Sangre de Cristo de 1777 expuesta en el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec. También en la capital de la república mexicana y el del afamado Obispo Fray Antonio de San Miguel, obra de 1786 que se resguarda en el Museo Michoacano en la bella urbe de Morelia. En estos lienzos, Toussaint destaca la gran aptitud de Alzíbar como retratista. (1965, p. 170).
Xavier Moyssen explica que Alzíbar, de quien afirma que murió el 18 de febrero de 1803, tuvo una amplia producción, ya que: “…telas suyas se localizan en distintos sitios del país; se encuentran cuadros sueltos, algunos de regulares dimensiones, y también series de vidas de santos o de la Virgen destinados a la composición simbólica de los retablos de maderas doradas”. (Moyssén 1982, p. 1080).
Sobre la destreza de Alzíbar para la retratística de sacerdotes y monjas, en el Museo Nacional de Arte se conserva un Retrato del padre Manuel Justo Bolea Sánchez de Tagle, firmado, pero sin fecha, en cuyo catálogo se comenta: “Alzíbar era, en efecto, un solicitado retratista (esmerado en el dibujo como se aprecia en este caso), que lo mismo se granjeaba el favor del virrey o el arzobispo como el primer abad de Guadalupe, o que igualmente era solicitado por las clausuras femeninas y la nobleza”. (Catálogo comentado del acervo del Museo Nacional de Arte 2004, p. 74).
Al respecto de los tres retratos realizados por Alzíbar y su taller, la hipótesis es que Fray Rafael José Verger antes de ir hacia Linares y pasar por Monterrey, en la Ciudad de México haya solicitado su retrato a José de Alzíbar en 1783, una vez que en junio fue consagrado por el Arzobispo Alfonso Núñez de Haro y Peralta y por esa razón el primer cuadro lleva la fecha de 1784.
Sobre los otros dos lienzos de Verger, seguramente fueron mandados hacer por el tercer Obispo Don Andrés Ambrosio de Llanos y Valdés, quien tomó la silla episcopal en 1792 y también se hizo retratar por Alzíbar en ese año. El cuadro que no tiene firma y que tal vez pueda ser del mismo Alzíbar, más el de cuerpo entero que ostenta el año de 1792, aunado a uno que con la misma fecha y firma del citado artista, es el retrato del primer Obispo Fray Antonio de Jesús y Sacedón y que también se conserva en la Sala Capitular de la Catedral de Monterrey. Todo esto apunta a poder inferir que los dos retratos póstumos de Fray Rafael José Verger, sí se mandaron hacer por encargo del Obispo de Llanos y Valdés.
Bibliografía:
Cavazos, Israel. (2008). “Páginas para una Historia de Monterrey” en Cavazos, Israel (Coord.). La Enciclopedia de Monterrey, Tomo I. Monterrey, N.L.: Milenio Diario de Monterrey, Multimedios, pp. 21-26.
De Mesa, José y Gisbert, Teresa. (1959). “Pinturas mexicanas del siglo XVIII en Perú y Bolivia”. Anales de IIE, No. 28, México, UNAM, pp. 25-30.
Espinosa, Leopoldo. (2020). Los templos de Monterrey. Monterrey, N.L.: Editorial Font.
Ledesma, Rodrigo. (2012). “Mensaje humanos para lo divino. Iconografía del arte sacro en la Catedral” en Universidad de Monterrey. La Catedral Metropolitana de Monterrey. Historia Arte Arquitectura. Monterrey, N.L.: Universidad de Monterrey.
Moyssén, Xavier. (2002). “La pintura del siglo XVIII” en Vargas Lugo, Elisa (Coord.). Historia del Arte Mexicano. Arte Colonial IV. México: SEP, Salvat, pp. 1063-1081.
Museo Nacional de Arte. (2004). Catálogo comentado del Museo Nacional de Arte. Ciudad de México: Instituto Nacional de Bellas Artes.
Tapia, Aureliano. (2008). “El obispado del Nuevo Reino de León” en Cavazos, Israel (Coord.). La Enciclopedia de Monterrey, Tomo I. Monterrey, N.L.: Milenio Diario de Monterrey, Multimedios, pp. 169-194.
——————————-(1975). “Fray Rafael José Verger y Suau Técnico de Misiones”. HUMANITAS Anuario del Centro de Estudios Humanísticos, No. 16, pp. 449-496.
——————————-. (2013). Retablo Episcopal. Relato de los Obispos y Arzobispos de Linares (Monterrey) su Historia y sus Escudos. Monterrey: Editorial Font.
Toussaint, Manuel. (1965). Pintura Colonial en México. México: UNAM.
Velázquez, Agustín. (1939). Tres Siglos de Pintura Colonial Mexicana. Ciudad de México: Polis.
[1] El sábado 13 de marzo del 2010 el Padre Mena, entonces Capellán de la Catedral, y yo estábamos comentando de la ausencia de firma de este cuadro, pero analizábamos el gran parecido con otros dos trabajos firmados por Alzíbar que se conservan en la Catedral. Al revisar minuciosamente el lienzo, el Padre Mena detectó los trazos de la firma, misma que revisamos detenidamente y logramos descifrar en el ángulo inferior derecho debajo de la mitra, así como la fecha.




por Rodrigo Ledesma Gómez, historiador del arte









cabeza y el resto del cuerpo, aunque los brazos cuelgan del travesaño de la cruz, pero los pies están clavados por separado, tal como lo hizo también González Camarena. “Si Velázquez no se atrevió a pintar la angustia de Emmanuel y escondió bajo un mechón el dolor…, Camarena [sic] tembló al imaginarse el Divino Rostro y lo cubrió todo con el crimen despiadado de las espinas”.
la cruz. En el de Dalí “representado por medio del audaz escorzo desde arriba, sobre el fondo de la bahía de Port-Lligat”
(F. 1)
(F. 2)

