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La crisis de Taiwán: una disputa histórica

Juan Carlos por Juan Carlos Rodríguez, historiador

Una nueva bipolaridad

     Los posicionamientos geopolíticos en un mundo globalizado como el nuestro rigen el destino de sus ciudadanos y provocan oscilaciones que explican el comportamiento político y económico de las sociedades.

     En el contexto internacional actual, en el que se han reavivado los bloques de la Guerra Fría debido al conflicto de Ucrania, el papel de la República Popular China tendrá consecuencias a gran escala si sus postulados chocan con los Estados Unidos de América. En los últimos meses se ha hablado mucho sobre el posicionamiento del gigante asiático en referencia a la Guerra de Ucrania. Los occidentales han tildado su comportamiento de prorruso por continuar sus relaciones comerciales con el gobierno de Moscú, mientras que desde la capital rusa, se esperaba una implicación mayor de Pekín.

Intereses encontrados en el Mar Meridional

     En paralelo a los desafíos en Kiev, estamos ante una escalada de la tensión en la zona del Mar Meridional de China, que ha tenido como momento estelar la inoportuna visita de la Presidenta de la Cámara de representantes de EEUU, Nancy Pelosi, a la isla de Taiwán el pasado agosto. Dicha maniobra americana, como la mayoría de las llevadas aQuién es Nancy Pelosi, la funcionaria que generó la tensión con China por  su visita a Taiwán - El Cronista cabo por Washington, no son fruto de la improvisación, sino de una coyuntura internacional determinada. La idea estadounidense es la de presionar al Gobierno de Pekín, marcando su territorio en la zona del Indo-Pacífico para frenar así las pretensiones chinas sobre Taiwán y el Mar Meridional; además de definir la agenda internacional conforme a sus reglas. Una actitud condicionada por los informes del Pentágono cuando detecta posibilidades reales de enfrentamiento directo.

     Al igual que Rusia, China también necesita una salida marítima a su territorio continental. Si quiere mantener y aumentar su prosperidad económica, debe potenciar el Indo-Pacífico –término referido por la geoestrategia− y desplegar así sus tentáculos en el Índico y en el Pacífico occidental. Desde el punto de vista económico, el Mar Meridional de China juega un papel imprescindible para el desarrollo comercial del gigante asiático. Un tercio del comercio marítimo mundial pasa por dicha región y el control de éste por Pekín. Se trata de un objetivo irrenunciable. Dentro del gran proyecto chino de la Nueva Ruta de la Seda, la seguridad del estrecho de Malaca será vital. La gran estrategia marítima de China no es el resultado de un revisionismo territorial, sino más bien el propósito de transformar una situación geográfica desfavorable en una en que el Estado chino se pueda mantener como potencia simultáneamente en los dos océanos: el Índico y el Pacífico occidental[1].

Mar de China     Conviene recordar que el Partido Comunista Chino (PCCh) ha incidido reiteradamente en sus últimos congresos en la necesidad de hacer realidad sus aspiraciones de “devolver” a China a una posición de fuerza, prosperidad y liderazgo en el escenario global. Recordemos que los chinos llaman a su país Zhongguo, que literalmente quiere decir la nación del centro.

     China, a diferencia de su propia visión de hace tan solo unas pocas décadas, parece ahora consciente de que está envuelta en una importante competencia estratégica internacional con otras potencias (particularmente con EE.UU.) al que irremediablemente habrá de hacer frente. China está transformando el orden de seguridad marítima unipolar asiático de los últimos 75 años en uno multipolar.

     Según el coronel José Pardo Santayana, coordinador y analista principal del Instituto Español de Estudios Estratégicos, de ser necesario China podría librar guerras periféricas locales para establecerse en la zona crítica que se extiende desde Malaca hasta Taiwán. Recuperar Taiwán y ejercer un control efectivo sobre el Mar Meridional de China crearía un bastión marítimo seguro que permitiría el establecimiento de una fuerza naval conjunta, concentrada entre la isla de Hainan y Taiwán, capaz de utilizar su posición central para desplegarse rápidamente entre los océanos Pacífico occidental e Índico, con la posibilidad real de actuar en una u otra dirección. Con dicho fin, China ha articulado una estrategia marítima que persigue la gradual finlandización del Sudeste Asiático y la recuperación de Taiwán[2].

     Los intereses chinos en el Mar Meridional chocan con sus vecinos Xi Jinping - Viquipèdia, l'enciclopèdia lliureasiáticos, que ven en peligro su soberanía sobre las aguas limítrofes. Taiwán, Malasia, Vietnam, Brunéi, Indonesia y Filipinas ven amenazados sus dominios marítimos, debido a la creciente militarización de la zona por las fuerzas navales chinas. Además de los países citados, Corea del Sur y Japón dependen de esta vía de comunicación y ven con recelo las maniobras de Xi Jinping.

     Estados Unidos, bien posicionado históricamente en la zona, donde cuenta con numerosas bases navales, se está viendo desplazado y su cooperación con los socios asiáticos es una estrategia que debe seguir cultivando si pretende tener mínimamente controlado al gigante asiático. Dentro de la estrategia estadounidense de limitar la expansión de los intereses chinos, cabe mencionar el incremento de la inversión en la zona y la creación del QUAD (alianza formada por Australia, India, Japón y EEUU).

Bases militares Pacífico

China ante Taiwán: posibles repercusiones

     Taiwán constituyó una pieza clave de la política de Washington en Asia durante la Guerra Fría, permitiendo a la isla el acceso al mercado estadounidense y formar parte del engranaje de las cadenas de suministro mundiales. A partir del restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y la República Popular China (1979) se iniciará una compleja relación triangular Pekín-Washington-Taipéi. Los postulados de la Casa Blanca han sido ambivalentes; por un lado, mimando a Taiwán sin reconocer oficialmente su independencia como Estado y, por otro, presionando a China en sus aspiraciones anexionistas.

     El pasado 10 de agosto, pocos días después de la visita de Nancy Pelosi, el Consejo de Estado Chino publicó un libro blanco titulado La cuestión de Taiwán y la reunificación de China en la nueva era. En él se plasma la narrativa oficial sobre la dirección estratégica en referencia a Taiwán. De entre sus afirmaciones más destacadas sobresalen las siguientes: Somos una China y Taiwán es parte de China. Es un hecho indisputable apoyado por la historia y la ley. Taiwán nunca ha sido un Estado. Su estatus como parte de China es inalterable. Además, el Partido Comunista Chino (PCCh) se compromete con la misión histórica de resolver la cuestión de Taiwán y lograr la reunificación completa de China. Asimismo, deja claro que: Para lograr la reunificación pacífica, debemos reconocer que la parte continental y Taiwán tienen sus propios sistemas sociales e ideologías distintas. El principio de ‘un país con dos sistemas’ es la solución más inclusiva a este problema. Es un enfoque basado en los principios de la democracia, demuestra buena voluntad, busca una resolución pacífica de la cuestión de Taiwán y ofrece beneficios mutuos. Las diferencias en el sistema social no son un obstáculo para la reunificación ni una justificación para el secesionismo.

     De todo ello podemos extraer dos conclusiones. La primera, que nunca ha reconocido la soberanía de Taiwán como Estado independiente y lo considera una parte más de China. La segunda, que, a pesar de ello, se quiere resolver el problema histórico de manera pacífica.

     Para Business insider, una guerra entre China y Taiwán tendría unas consecuencias devastadoras para el sector tecnológico a nivel internacional, mucho más profundas que las que estamos ya viviendo, derivadas de la pandemia de Covid-19. Aumentarían los precios de los productos exportados debido a que los costes de producción de dispositivos tecnológicos serían más elevados, al igual que se produciría una crisis logística en la que los productos y materiales de Taiwán tendrían restricciones para llegar a los mercados. Todo ello se traduciríaElectrónica (2) en el desabastecimiento de semiconductores para la fabricación de los procesadores a nivel mundial (cabe recordar que el 90% son fabricados en la isla). No únicamente habría problemas para empresas con sede en Taiwán como Acer, Asus o Mediatek, sino que además dejaría paralizados a Intel, Qualcomm, AMD, MediaTek, NVIDIA o a la mismísima Apple.

     Se vislumbran dos escenarios posibles. En el primero China iría consiguiendo su objetivo y llegaría a dominar todo el Mar Meridional (de facto, ya reclama el 90% de sus aguas y la isla de Taiwán). En el segundo de los escenarios EEUU y sus socios asiáticos conseguirán limitar las pretensiones chinas y su potencialidad naval. Todo parece indicar la factibilidad de la primera solución, ya que el aliado de la distancia física juega su papel, como ya ocurrió en su día. De producirse cualquiera de los escenarios y, a pesar de algunas de las agitadas declaraciones dadas a conocer por los medios de comunicación sensacionalistas, siempre sería a medio o largo plazo. Estamos, pues, todavía lejos de una guerra abierta entre las partes.

[1] KAUSHAL, Sidharth; MARKIEWITCZ, Magdalena. «Crossing the River by Feeling the Stones. The Trajectory of China’s Maritime Transformation». Occasional Paper. RUSI, octubre de 2019.

[2] PARDO DE SANTAYANA, José: Geopolítica de Asia, el nuevo centro de gravedad del mundo. Panorama Estratégico 2020. Instituto Español de Estudios Estratégicos. Ministerio de Defensa, marzo 2020.

Ucrania: trasfondo de un conflicto

10112011-img_1420 por José Luis Orella, historiador

   En estos días se suceden las imágenes de la guerra de Ucrania, con la intervención directa de las armas rusas. La restricción de la información se impone, como en la guerra del golfo Pérsico, y la ausencia de corresponsales sobre el terreno facilita las fakenews.

   Ucrania ha sido históricamente un territorio indispensable para el imperio ruso, convirtiéndose en el principal proveedor de trigo y base estratégica durante el siglo XIX para la anexión del Cáucaso. La experiencia de una Ucrania independiente surgirá en la Primera GuerraGuerra de independencia de Ucrania - Wikipedia, la enciclopedia libre Mundial, bajo la invasión de las tropas germano-austrohúngaras. Sin embargo, en diciembre de 1922, Ucrania quedará incluida en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. La región sufrirá la fuerte hambruna que asoló el sur de la URSS y durante la Segunda Guerra Mundial muchos de sus habitantes recibieron a los alemanes como liberadores, colaborando con ellos. Tras el triunfo de los aliados, volvió a pertenecer a la URSS, incluyendo la región del Lvov que siempre fue polaca o austro-húngara. La disolución de la URSS provocó la aparición de una Ucrania independiente. En esta nueva fase, los resultados de las elecciones presidenciales confirmaron la partición del país. Las provincias occidentales y la capital, Kiev, como zonas más próximas a Occidente y deseosas de formar parte de la Unión Europea. Por el contrario, la zona de Donbass, la región vertebral de las provincias orientales, zonas industriales, afectadas por el cierre de las minas y rusoparlante, territorios que nunca habían dejado de pertenecer a Rusia desde siglo X, y cuyas ciudades fueron fundadas por Catalina la Grande en el siglo XVIII.

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   El origen de la crisis se inició cuando en noviembre del 2013 el presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, decide retirarse de la firma de un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea para proceder a su integración en la Unión Eurasiática. Eso provocó las protestas de Maidan, en Kíev, que concentraron a miles de personas y que contaron con el apoyo de activistas de asociaciones vinculadas a desestabilizadores como George Soros, que ayudaron a que la protesta degenerara en pura violencia. El presidente Yanukóvich huyó a Rusia el 22 de febrero del 2014, después de dos días de altercados que costaron la vida a 88 personas. El nuevo poder, en clave nacionalista, prohibió la cooficialidad del ruso. Las protestas y los incidentes violentos entre nacionalistas y prorrusos se sucedieron en la región oriental del Donbass y en el sur. Aquello desembocó en una guerra abierta entre las provincias orientales apoyadas directamente por Moscú, y el gobierno de signo nacionalista ucraniano, dependiente de los Estados Unidos.

   El régimen prooccidental significó la separación definitiva de Ucrania y Rusia, y la pérdida definitiva de ésta como potencia mundial, como había predicho Zbigniew Brzezinski​, consejero nacional de seguridad del presidente estadounidense Jimmy Carter entre 1977 y 1981, todavía en plena Guerra Fría. Jimmy Carter | National Portrait GallerySin embargo, un deslizamiento definitivo de Ucrania hacia occidente, con su integración en la OTAN, podía provocar que Rusia se sintiese amenazada, ante el avance imparable de la estructura militar occidental en su antigua área de influencia, con armas mirando hacia su territorio. Además,  los medios estadounidenses financian y organizan ONGs que mueven los grupos de oposición y de protesta, que en una segunda oleada han dejado sentir su influencia en las revoluciones de Armenia, Bielorrusia y Kazajstán, intentando aislar a Rusia apartándola de estos antiguos aliados.

   La presidencia de Biden, miembro del Partido Demócrata, caracterizado por su belicosidad, acusó durante semanas a Rusia de posible invasión y con presiones para incrementar las fuertes restricciones económicas que ésta ya sufre desde su anexión de Crimea y su abierta política de apoyo a los secesionistas prorrusos ucranianos. La suspensión alemana de la futura apertura del Nordstream 2, acompañada de una nueva ola de sanciones económicas fueron respondidas por el presidente ruso, Vladimir Putin, con una invasión deRusia prepara una invasión total de Ucrania y la lograría en 48 horas,  según Estados Unidos Ucrania, en la cual, de momento, sólo se ven dos claros vencedores. Por una parte EEUU, que gracias a su presidente ha conseguido que la Unión Europea retire su subordinación del gas ruso para depender ahora de la fórmula licuada estadounidense, mucho más cara, y transportada en barcos metaneros. Además, la compra de armas estadounidenses se ha multiplicado en la región, y la guerra de Ucrania ha provocado una fuerte demanda de sus productos en stocks.

   Para Estados Unidos, el control de Ucrania significa el fin de Rusia como potencia mundial, la gestión de los recursos de la antigua URSS por empresas anglosajonas y el control de la Europa del Este como mercado para sus armas y gas licuado, no competitivo con el procedente de Rusia a través de su red de gasoductos. Para Rusia, el control de Ucrania significa recuperar las antiguas fronteras del mundo ruso, y reafirmar a su país como una potencia mundial, por la presencia de su fuerte arsenal nuclear. No obstante, el castigo económico seguirá Putin le dice al presidente chino que está dispuesto a negociar con Ucraniamanteniendo a una sociedad empobrecida y a un país ya entregado a los intereses chinos para sobrevivir. China es la gran ganadora, al erigirse en la única alternativa económica de Rusia. Por el contrario, la Unión Europea pierde una vez más una oportunidad de ser potencia, volviendo a su posición de mercado receptor de los productos estadounidenses.

La Gran Guerra en la literatura

Álvaro Sureda (2) por Álvaro Sureda, historiador

   En el verano de 1914 estalló en Europa una guerra en la que entrechocarían realidades y valores antiguos con otros que anunciaron la modernidad.

   La Gran Guerra (1914-1918) es uno de los dos grandes conflictos bélicos que eclosionaron a nivel planetario en el siglo XX. Es cierto que la Segunda Guerra Mundial aumentó el número de víctimas y concedió al armamento un poder destructivo muy superior. No obstante, fue la de 1914 la que reunió por primera vez proporciones de conflagración global, con millones de víctimas y con tácticas y tecnología de combate que revestían una auténtica novedad. Asimismo, supuso un cambio radical de mentalidad que configuraría buena parte del siglo XX con el surgimiento rompedor de las vanguardias y el nacimiento de los totalitarismos.

   Esta Guerra implicó una transformación de tal grado que ni los propios combatientes fueron conscientes de las consecuencias. Recurriendo a las fuentes documentales de la época, puede Resultado de imagen de kaiser guillermo ii primera guerra mundialobservarse que las campañas militares se enfocaron como cualquier otra hasta la fecha: una suerte de duelo entre los contendientes. La idea de que para Navidad ya estaremos de vuelta era una constante generalizada en ambos bandos. No se había previsto ni su prolongación ni la desaparición de estructuras políticas y sociales completas como la de los Imperios centrales (Prusia y Austria) o la caída definitiva de los zares en Rusia después del triunfo de los bolcheviques.

   En efecto, la Gran Guerra estuvo marcada por muchos factores. Primero, por el psicológico. La convicción inicial de que los litigantes se encontraban ante una refriega que dirimirían con brevedad, según el sistema de alianzas heredado de la diplomacia bismarkiana, supuso un trauma al prolongarse la guerra y enredarse en un clima cada vez más inhumano: bombardeo de poblaciones, uso del gas mostaza, la tensión acumulada en las trincheras a la espera de la orden de ataque campo a través contra el fuego enemigo, etc. En este sentido, es ilustrativo el ejemplo que Erich Maria Remarque despliega en su libro Sin novedad en el frente, cuando reproduce la cita de un maestro de escuela persuadido de que Alemania participaría en la guerra y vencería a sus enemigos antes de Navidad. Sin embargo, pronto percibieron que se habían involucrado en un conflicto largo y costoso.

   Si analizamos las fuentes documentales de la época podemos ver una evolución muy radical sobre la visión acerca de la evolución del conflicto. Stefan Zweig nos comenta cómo en 1914 y en 1915 era demasiado pronto todavía y la guerra parecía demasiado lejana a los hombres de la retaguardia[1].

   El honor es también otro rasgo psicológico que se ve reflejado en la venganza que Austria-Hungría toma contra Serbia ante el magnicidio de su heredero. Como nos transmite Stefan Zweig en el libro El mundo de ayer: memorias de un europeo el sucesor al tronoResultado de imagen de francisco fernando de austria imperial no era un personaje querido; es más, tenía una fama opuesta al buen nombre del viejo emperador Francisco José. De hecho, tras su asesinato, el heredero pronto cayó en el olvido. Fue el honor lo que provocó que un mes más tarde el Imperio Austro-Húngaro declarase la guerra al país de los Balcanes. El honor, además del intento de la supremacía sobre otras potencias, fue lo que incitó a Rusia a la movilización de sus tropas cuando Austria-Hungría invadió Serbia. Ese mismo honor motivó que Alemania defendiera a su aliado y siguiera luchando hasta el hundimiento del II Reich que proclamara Otto von Bismarck en 1871. También por el honor mucha gente se enrolaría en el ejército para servir a su emperador, como bien nos describen algunos autores contemporáneos[2]. Un honor que surge a través de la ideología nacionalista y la política colonialista que, a su vez, fueron las causantes de los conflictos que acabaron detonando la Gran Guerra.

   Por otro lado, según fue evolucionando el conflicto, se aprecia cómo los propios soldados ignoraban las causas profundas del conflicto y cuál de las naciones en lucha era poseedora de la razón. Esta es la imagen que, tanto en la película como en la novela de  Sin Novedad en el frente, se nos refleja en varias ocasiones; como cuando uno de los personajes, Paul, pasa la noche junto al cadáver del francés que acaba de batir, o en algunas conversaciones del relato:

Nosotros estamos aquí para defender nuestra patria, pero también los franceses defienden la suya. ¿Quién tiene razón? – Quizá unos y otros – afirmó sin convicción. – Es cierto – dice Albert, y leo en su cara que quiere meterme en un callejón sin salida -, pero los profesores, los pastores y los periódicos nos dan la razón a nosotros, mientras que los profesores, pastores y los periódicos franceses pretenden ser ellos los que tienen razón. ¿Cómo te explicas eso?[3]

   Queda claro entonces que durante la Primera Guerra Mundial la psicología jugó un papel determinante en muchos ámbitos sociales, pero de manera especial entre la juventud; no sólo en el campo de la desmoralización del enemigo sino en otros como el de la influencia de los mayores durante el conflicto. La ridiculización de toda clase de situaciones o la propagación de la locura cerrarían dicho cuadro[4]. Un ejemplo de ello en la iconografía del momento es el famoso cartel del Tío Sam y la de los soldados de una generación que no ven a su vida otra salida que la del combate, porque es lo único que conocen.

   El episodio de las trincheras y su posible causa en la génesis de algunas patologías psíquicas, fue descrita con precisió por Eva Díez: las razones de la neurosis de combate habría que explicarlas por las particularidades que imponía esta guerra con sus nuevos disfraces de muerte. Los soldados no se enfrentaban físicamente al enemigo, sino que aguardaban en la trinchera como conejos asustados dentro de una madriguera, a la espera de que llegara el fusil o el obús que los destrozaba literalmente o que lo hacía con el que luchaba al lado. Muchos soldados afectados por el shock de trinchera (‘shell shock’) se quedaban inmóviles sin poder reaccionar al ver que el compañero se convertía en una mezcla informe de fango y sangre[5]. Una vez traspasada la barrera de la Resultado de imagen de trincheras primera guerra mundial barrocrueldad, de la deshumanización -en definitiva-, parece más “sencillo” comprender cómo a lo largo del siglo XX y en el actual siglo XXI el ser humano ha sido capaz de cometer atrocidades como la masacre sistemática de los judíos perpetrada por los nazis, el genocidio de hambruna ordenado por Stalin contra Ucrania o los bombardeos químicos producidos en la guerra de Siria.

   La trama del relato El busto del emperador[6] es muy llamativa, porque el autor nos muestra las dificultades de la generación anterior a la guerra de asimilar los cambios operados en el continente. No se imaginan que ya no exista un emperador; que un millonario rico pueda estar jugando con las coronas de los Imperios centrales, o que la estructura social haya mudado casi por completo. En el fondo, esas transformaciones experimentadas por la “nueva” Europa, con una grave crisis de autoridad, fueron difíciles de digerir para las personas ya maduras durante y después del conflicto, más ancladas en las formas y los modos decimonónicos. En su biografía Stefan Zweig nos desvela cómo tras la Primera Guerra Mundial Europa cae en una crisisResultado de imagen de stefan zweig terrible, no sólo económica sino también de identidad: una crisis ética y moral manifestada en la relajación de las costumbres (sobre todo en el ámbito sexual) y en la exaltación ideológica. Un punto de coincidencia con la Europa actual, cada vez más replegada sobre sí, es decir, instalada en los hábitos propios del señorito satisfecho -en palabras de Ortega y Gasset- que le impiden recobrar su vitalidad trascendente. Cabe superar entonces una simple ética de los valores como la que formulara Max Scheler después de la Gran Guerra -subjetiva, al fin y al cabo; esto es, dependiente de la consideración individual de cada uno-, y recobrar la objetividad de una vida plenamente virtuosa que armonice el plano humano y sobrenatural de la existencia.

 

[1] Stefan Sweig, Memorias de un Europeo, p. 136.

[2] Joseph Roth en su novela El busto del emperador es un claro defensor de este factor, además de otros autores como Stefan Zweig o Erich Maria Remarque

[3] Erich Maria Remarque, Sin novedad en el Frente, p.184.

[4] Al comienzo de la guerra los cuadros neuróticos de pérdida del habla, trastorno del sueño, convulsiones musculares, inexplicables espasmos faciales, ceguera histérica y otras afecciones no fueron considerados como patologías. Primero se creyó que era consecuencia del ruido de las explosiones e interpretado como simple fatiga de combate, pero los síntomas fueron empeorando conforme la guerra se estancaba sin solución y el campo de batalla se convertía en una trituradora de jóvenes que morían sin sentido. Eva Díaz Pérez en  https://www.elmundo.es/especiales/primera-guerra-mundial/vivencias/locura-de-trinchera.html

[5] https://www.elmundo.es/especiales/primera-guerra-mundial/vivencias/locura-de-trinchera.html

[6]  Roth, Josspeh, El busto del emperador, ed. Acantilado 4, Barcelona, 2003.