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Política exterior de Donald Trump

 por José Luis Orella, historiador

     Donald Trump ha regresado a la Casa Blanca y su segundo mandato al frente de la presidencia de los EEUU ya ha causado movimientos convulsos en todos los despachos ministeriales de las principales naciones del mundo. En sus primeras decisiones cambió el nombre del Golfo de México por el del Golfo de América, ha repetido sus intenciones de comprar la isla de Groenlandia a Dinamarca y ha negado la necesidadGolfo de México, la nueva pelea de Donald Trump: a quién pertenece, cuál  podría ser su nuevo nombre y realmente puede renombrarse | MAG | EL  COMERCIO PERÚ de que Canadá fuese un país con identidad y que le gustaría fuera un nuevo Estado de los EEUU. Este inicio, que recuerda la política de las cañoneras del siglo XIX, tiene como objetivo situarse en una posición hegemónica frente a Rusia en el Ártico. El 24 de abril Donald Trump firmó una orden ejecutiva para impulsar la explotación del fondo del océano en busca de minerales críticos. Dos días después, el 26 de abril, Trump reclamó la libre circulación de barcos estadounidenses por los canales de Panamá y Suez. El 31 de diciembre de 1999 Panamá recuperó la administración, operación y mantenimiento del Canal de manos de los EEUU, y el presidente estadounidense habló sobre la recuperación de su soberanía.

     El nuevo ejecutivo de los Estados Unidos quiere asegurarse un nuevo orden internacional donde los EEUU mantengan un puesto hegemónico. Para ellos, China es el verdadero peligro que de manera lenta e inexorable va escalando a la primera posición económica mundial. De aquí que Trump pretenda asegurarse el suministro y explotación de las materias primas y recursos que le garanticen ese puesto para afrontar su El insólito choque entre Trump y Zelensky en la Casa Blanca deja a Ucrania  frente a su peor escenario - BBC News Mundopugna con China desde una posición ventajosa. Es en ese contexto donde la finalización del conflicto ruso-ucraniano cobra una nueva dimensión. Donald Trump quiere aprovechar su posición hegemónica sobre el mandatario ucraniano Volodímir Zelenski y su supuesta amistad con Vladimir Putin para terminar la guerra de Ucrania, y asegurarse la explotación de los minerales estratégicos ucranianos, en pago a la ayuda dada, valorada por Trump en 350.000 millones de dólares.

     En ese punto, Donald Trump se considera un árbitro y no el enemigo de Putin, como sí hacía su antecesor Biden, quien llegó a calificar al ruso de asesino. Por el contrario, Trump se considera un mediador entre Rusia y Ucrania para lograr la paz, y más bien considera a ambos herederos de la URSS con la misma carencia de transparencia democrática. A partir de este punto, Trump no desea herir a Putin para no empujarlo más a la alianza con China e Irán, por lo que favorece su reintroducción a la elite internacional para potenciar un distanciamiento de China, potencia que ambiciona una Siberia rusa, rica en recursos sin explotar y poblada por unos escasos 20 millones de habitantes.

     Entretanto, Zelenski es un juguete roto, sin la mano que lo mece a voluntad en el escenario internacional. EEUU quiere finalizar de manera apresurada la guerra a cambio de amputar sus territorios orientales, bajo ocupación militar rusa y reconocer oficialmente la península de Crimea que ya fue ocupada en el 2014, cuando la presidencia ucraniana fue derribada por el golpe de Maidan. Sin embargo, el fin de la guerra que Trump quiere, necesita el compromiso de respeto a la Ucrania soberana y de una Rusia que no intente restaurar las antiguas fronteras de la URSS.

EEUU y la Unión Europea

     La Casa Blanca desea una mayor distensión entre Estados Unidos y Rusia que sirva para aislar a China y evitar que Irán se convierta en una potencia nuclear. Pero sin un acuerdo duradero para Ucrania, se puede producir una fisura en la OTAN entre EEUU y sus aliados europeos. Esto probablemente perjudicaría la posición económica y geopolítica de Estados Unidos. En este momento Rusia va completando la conquista de las regiones administrativas anexionadas en el 2022, y no tiene prisa por firmar un acuerdo de paz, ha recuperado los territorios rusos de Kursk que estuvieron bajo dominio ucraniano y, por el contrario, extiende su control al 20 % del territorio ucraniano, poblado por una población rusófona y donde anteriormente el Partido de las Regiones, la formación favorable a los intereses del Kremlin, era la fuerza hegemónica.

Mirar un mapa: El tercer año de guerra contra Ucrania | Política Exterior

     El acuerdo propuesto por Trump persigue que Ucrania acepte un estatus quo de la línea del frente, y EEUU aceptaría el reconocimiento de Crimea como rusa. Crimea es una península unida a las zonas de Ucrania ocupadas por Rusia, pero separada de esta por un puente, y es fundamental para el control ruso del Mar Negro y Ucrania no aceptará su reconocimiento como parte de Rusia. Por otro lado, Ucrania podría formar parte de la Unión Europea, aunque no de la OTAN para no violentar la principal razón que llevó a Rusia a la invasión de Ucrania. No obstante, uno de los problemas es que Ucrania quiere la desaparición de los aranceles para sus productos agrarios en Europa, pero eso conlleva la oposición del importante lobby agrario europeo, principalmente polaco. Además, el control de los recursos industriales y mineros ucranianos por compañías estadounidenses de fondos de inversión contraviene la legislación europea. Por su parte, Rusia únicamente lograría el levantamiento de las sanciones instauradas a partir de 2014.

     Donald Trump está impaciente por una paz en la que sólo puede ejercer presión a su subordinado ucraniano, mientras Rusia dispone del apoyo de los países que conforman el bloque de los BRICS. La paz por territorios cada vez se ve con más claridad, aunque los países europeos se oponen, liderados por una Gran Bretaña que, aunque ya no forma parte de la Unión Europea, ha mostrado la posición más agresiva contra Rusia. Polonia y los países bálticos, por su vecindad y una historia llena de conflictos, tienen miedo al nuevo nacionalismo ruso que ha iniciado Vladimir Putin y a una economía volcada en la industria militar.

     Trump apremia a la UE a que aumente su gasto en defensa con su participación en la OTAN. Las empresas de armas estadounidenses son las que se llevan gran parte de los contratos de venta, mantenimiento, mejora e instrucción de personal en sus nuevos modelos. Ello se suma a la presión iniciada para que los países compren productos made in USA y amenacen a algunas importantes empresas ˗como TSMC, Intel, Samsung y Nvidia˗ a instalar fábricas de semiconductores en suelo estadounidense para evitar la nueva política de aranceles, que en su caso sería de un 100 %

     EEUU se dedicó a anunciar tasas y aranceles a todos los países del mundo. Un arancel base del 10% para todo el mundo, un 34% especial para China y un 20% para la Unión Europea, con entrada en vigor a partir del 5 de abril de 2025. China ha respondido poniendo un arancel cero a los países africanos y reduciendo las exportaciones de minerales estratégicos a los EEUU, donde grandes empresas como Tesla y Apple necesitan elementos procedentes de China.

La relación con España y Marruecos

     En cuanto a España, la decisión de los EEUU de hacer de Marruecos su más fiel aliado militar en la zona nos lleva a un futuro muy negro. El país norteafricano es un buen cliente de Boeing, Lockheed Martin, Raytheon, Orbital ATK, General Dynamics, McKinney, Chemring y Kaman Precision. Entre los objetivos que va logrando: los tanques blindados Cougars 6×6, el sistema de misiles tierra-aire de largo alcance MIM-104 Patriot, 40 misiles aire-aire de alcance medio avanzado (AMRAAM), 24 helicópteros de ataque AH-64 Apache, 25 F- 16, la renovación de los anteriores y la posibilidad de conseguir los F-35, para lo que necesita el permiso de Israel, un país al cual ha reconocido su capital en Jerusalén y al que también compra abundante tecnología militar. La fuerte inversión en el programa de modernización del ejército marroquí, lo convierte, junto a Egipto, en los dos principales centuriones del continente africano. Marruecos es un colaborador habitual de las misiones de paz con los Estados Unidos.

Marruecos: Estados Unidos en el Magreb y su importancia para España –  Artículo30

     El 23 de enero de 2020 la cámara baja del parlamento de Marruecos aprobó con la ley 38.17 la extensión de la reclamación de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) y de la plataforma continental. Una de las razones son las exploraciones marinas que empresas americanas desarrollan en busca de gas o del telurio, un semimineral semiconductor muy valorado por las empresas electrónicas, considerado por los Estados Unidos como un elemento crítico, cuyo control y explotación debe estar asegurado. El yacimiento Tropic se encuentra a unos 500 kilómetros al suroeste de la isla de El Hierro y aunque presenta problemas por su profundidad, los adelantos técnicos pueden favorecer un día su explotación. En Dacla, nuestra antigua Villa Cisneros (recordemos que Trump reconoció el Sahara occidental como provincia marroquí en contra de la opinión de la ONU) proyecta la construcción de un gran puerto y una base militar compartida con los EEUU, mientras en Casablanca se desarrolla un superpuerto con astilleros y una base naval en el norte que pueda albergar al contingente estadounidense de Rota. Además, la competencia agrícola desleal que desarrolla a costa de España, que debe aplicar todas las medidas de cuidado medioambiental, subiendo el costo de la producción, favorece al país norteafricano. Éste aplica productos prohibidos por la legislación sanitaria europea, pero gracias al apoyo francés puede exportar con un trato preferencial a la totalidad de la UE, favoreciendo el hundimiento del campo español y el traslado de las principales inversiones de grandes empresas agrarias a Marruecos.

La crisis de Taiwán: una disputa histórica

Juan Carlos por Juan Carlos Rodríguez, historiador

Una nueva bipolaridad

     Los posicionamientos geopolíticos en un mundo globalizado como el nuestro rigen el destino de sus ciudadanos y provocan oscilaciones que explican el comportamiento político y económico de las sociedades.

     En el contexto internacional actual, en el que se han reavivado los bloques de la Guerra Fría debido al conflicto de Ucrania, el papel de la República Popular China tendrá consecuencias a gran escala si sus postulados chocan con los Estados Unidos de América. En los últimos meses se ha hablado mucho sobre el posicionamiento del gigante asiático en referencia a la Guerra de Ucrania. Los occidentales han tildado su comportamiento de prorruso por continuar sus relaciones comerciales con el gobierno de Moscú, mientras que desde la capital rusa, se esperaba una implicación mayor de Pekín.

Intereses encontrados en el Mar Meridional

     En paralelo a los desafíos en Kiev, estamos ante una escalada de la tensión en la zona del Mar Meridional de China, que ha tenido como momento estelar la inoportuna visita de la Presidenta de la Cámara de representantes de EEUU, Nancy Pelosi, a la isla de Taiwán el pasado agosto. Dicha maniobra americana, como la mayoría de las llevadas aQuién es Nancy Pelosi, la funcionaria que generó la tensión con China por  su visita a Taiwán - El Cronista cabo por Washington, no son fruto de la improvisación, sino de una coyuntura internacional determinada. La idea estadounidense es la de presionar al Gobierno de Pekín, marcando su territorio en la zona del Indo-Pacífico para frenar así las pretensiones chinas sobre Taiwán y el Mar Meridional; además de definir la agenda internacional conforme a sus reglas. Una actitud condicionada por los informes del Pentágono cuando detecta posibilidades reales de enfrentamiento directo.

     Al igual que Rusia, China también necesita una salida marítima a su territorio continental. Si quiere mantener y aumentar su prosperidad económica, debe potenciar el Indo-Pacífico –término referido por la geoestrategia− y desplegar así sus tentáculos en el Índico y en el Pacífico occidental. Desde el punto de vista económico, el Mar Meridional de China juega un papel imprescindible para el desarrollo comercial del gigante asiático. Un tercio del comercio marítimo mundial pasa por dicha región y el control de éste por Pekín. Se trata de un objetivo irrenunciable. Dentro del gran proyecto chino de la Nueva Ruta de la Seda, la seguridad del estrecho de Malaca será vital. La gran estrategia marítima de China no es el resultado de un revisionismo territorial, sino más bien el propósito de transformar una situación geográfica desfavorable en una en que el Estado chino se pueda mantener como potencia simultáneamente en los dos océanos: el Índico y el Pacífico occidental[1].

Mar de China     Conviene recordar que el Partido Comunista Chino (PCCh) ha incidido reiteradamente en sus últimos congresos en la necesidad de hacer realidad sus aspiraciones de “devolver” a China a una posición de fuerza, prosperidad y liderazgo en el escenario global. Recordemos que los chinos llaman a su país Zhongguo, que literalmente quiere decir la nación del centro.

     China, a diferencia de su propia visión de hace tan solo unas pocas décadas, parece ahora consciente de que está envuelta en una importante competencia estratégica internacional con otras potencias (particularmente con EE.UU.) al que irremediablemente habrá de hacer frente. China está transformando el orden de seguridad marítima unipolar asiático de los últimos 75 años en uno multipolar.

     Según el coronel José Pardo Santayana, coordinador y analista principal del Instituto Español de Estudios Estratégicos, de ser necesario China podría librar guerras periféricas locales para establecerse en la zona crítica que se extiende desde Malaca hasta Taiwán. Recuperar Taiwán y ejercer un control efectivo sobre el Mar Meridional de China crearía un bastión marítimo seguro que permitiría el establecimiento de una fuerza naval conjunta, concentrada entre la isla de Hainan y Taiwán, capaz de utilizar su posición central para desplegarse rápidamente entre los océanos Pacífico occidental e Índico, con la posibilidad real de actuar en una u otra dirección. Con dicho fin, China ha articulado una estrategia marítima que persigue la gradual finlandización del Sudeste Asiático y la recuperación de Taiwán[2].

     Los intereses chinos en el Mar Meridional chocan con sus vecinos Xi Jinping - Viquipèdia, l'enciclopèdia lliureasiáticos, que ven en peligro su soberanía sobre las aguas limítrofes. Taiwán, Malasia, Vietnam, Brunéi, Indonesia y Filipinas ven amenazados sus dominios marítimos, debido a la creciente militarización de la zona por las fuerzas navales chinas. Además de los países citados, Corea del Sur y Japón dependen de esta vía de comunicación y ven con recelo las maniobras de Xi Jinping.

     Estados Unidos, bien posicionado históricamente en la zona, donde cuenta con numerosas bases navales, se está viendo desplazado y su cooperación con los socios asiáticos es una estrategia que debe seguir cultivando si pretende tener mínimamente controlado al gigante asiático. Dentro de la estrategia estadounidense de limitar la expansión de los intereses chinos, cabe mencionar el incremento de la inversión en la zona y la creación del QUAD (alianza formada por Australia, India, Japón y EEUU).

Bases militares Pacífico

China ante Taiwán: posibles repercusiones

     Taiwán constituyó una pieza clave de la política de Washington en Asia durante la Guerra Fría, permitiendo a la isla el acceso al mercado estadounidense y formar parte del engranaje de las cadenas de suministro mundiales. A partir del restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y la República Popular China (1979) se iniciará una compleja relación triangular Pekín-Washington-Taipéi. Los postulados de la Casa Blanca han sido ambivalentes; por un lado, mimando a Taiwán sin reconocer oficialmente su independencia como Estado y, por otro, presionando a China en sus aspiraciones anexionistas.

     El pasado 10 de agosto, pocos días después de la visita de Nancy Pelosi, el Consejo de Estado Chino publicó un libro blanco titulado La cuestión de Taiwán y la reunificación de China en la nueva era. En él se plasma la narrativa oficial sobre la dirección estratégica en referencia a Taiwán. De entre sus afirmaciones más destacadas sobresalen las siguientes: Somos una China y Taiwán es parte de China. Es un hecho indisputable apoyado por la historia y la ley. Taiwán nunca ha sido un Estado. Su estatus como parte de China es inalterable. Además, el Partido Comunista Chino (PCCh) se compromete con la misión histórica de resolver la cuestión de Taiwán y lograr la reunificación completa de China. Asimismo, deja claro que: Para lograr la reunificación pacífica, debemos reconocer que la parte continental y Taiwán tienen sus propios sistemas sociales e ideologías distintas. El principio de ‘un país con dos sistemas’ es la solución más inclusiva a este problema. Es un enfoque basado en los principios de la democracia, demuestra buena voluntad, busca una resolución pacífica de la cuestión de Taiwán y ofrece beneficios mutuos. Las diferencias en el sistema social no son un obstáculo para la reunificación ni una justificación para el secesionismo.

     De todo ello podemos extraer dos conclusiones. La primera, que nunca ha reconocido la soberanía de Taiwán como Estado independiente y lo considera una parte más de China. La segunda, que, a pesar de ello, se quiere resolver el problema histórico de manera pacífica.

     Para Business insider, una guerra entre China y Taiwán tendría unas consecuencias devastadoras para el sector tecnológico a nivel internacional, mucho más profundas que las que estamos ya viviendo, derivadas de la pandemia de Covid-19. Aumentarían los precios de los productos exportados debido a que los costes de producción de dispositivos tecnológicos serían más elevados, al igual que se produciría una crisis logística en la que los productos y materiales de Taiwán tendrían restricciones para llegar a los mercados. Todo ello se traduciríaElectrónica (2) en el desabastecimiento de semiconductores para la fabricación de los procesadores a nivel mundial (cabe recordar que el 90% son fabricados en la isla). No únicamente habría problemas para empresas con sede en Taiwán como Acer, Asus o Mediatek, sino que además dejaría paralizados a Intel, Qualcomm, AMD, MediaTek, NVIDIA o a la mismísima Apple.

     Se vislumbran dos escenarios posibles. En el primero China iría consiguiendo su objetivo y llegaría a dominar todo el Mar Meridional (de facto, ya reclama el 90% de sus aguas y la isla de Taiwán). En el segundo de los escenarios EEUU y sus socios asiáticos conseguirán limitar las pretensiones chinas y su potencialidad naval. Todo parece indicar la factibilidad de la primera solución, ya que el aliado de la distancia física juega su papel, como ya ocurrió en su día. De producirse cualquiera de los escenarios y, a pesar de algunas de las agitadas declaraciones dadas a conocer por los medios de comunicación sensacionalistas, siempre sería a medio o largo plazo. Estamos, pues, todavía lejos de una guerra abierta entre las partes.

[1] KAUSHAL, Sidharth; MARKIEWITCZ, Magdalena. «Crossing the River by Feeling the Stones. The Trajectory of China’s Maritime Transformation». Occasional Paper. RUSI, octubre de 2019.

[2] PARDO DE SANTAYANA, José: Geopolítica de Asia, el nuevo centro de gravedad del mundo. Panorama Estratégico 2020. Instituto Español de Estudios Estratégicos. Ministerio de Defensa, marzo 2020.

Ucrania: trasfondo de un conflicto

10112011-img_1420 por José Luis Orella, historiador

   En estos días se suceden las imágenes de la guerra de Ucrania, con la intervención directa de las armas rusas. La restricción de la información se impone, como en la guerra del golfo Pérsico, y la ausencia de corresponsales sobre el terreno facilita las fakenews.

   Ucrania ha sido históricamente un territorio indispensable para el imperio ruso, convirtiéndose en el principal proveedor de trigo y base estratégica durante el siglo XIX para la anexión del Cáucaso. La experiencia de una Ucrania independiente surgirá en la Primera GuerraGuerra de independencia de Ucrania - Wikipedia, la enciclopedia libre Mundial, bajo la invasión de las tropas germano-austrohúngaras. Sin embargo, en diciembre de 1922, Ucrania quedará incluida en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. La región sufrirá la fuerte hambruna que asoló el sur de la URSS y durante la Segunda Guerra Mundial muchos de sus habitantes recibieron a los alemanes como liberadores, colaborando con ellos. Tras el triunfo de los aliados, volvió a pertenecer a la URSS, incluyendo la región del Lvov que siempre fue polaca o austro-húngara. La disolución de la URSS provocó la aparición de una Ucrania independiente. En esta nueva fase, los resultados de las elecciones presidenciales confirmaron la partición del país. Las provincias occidentales y la capital, Kiev, como zonas más próximas a Occidente y deseosas de formar parte de la Unión Europea. Por el contrario, la zona de Donbass, la región vertebral de las provincias orientales, zonas industriales, afectadas por el cierre de las minas y rusoparlante, territorios que nunca habían dejado de pertenecer a Rusia desde siglo X, y cuyas ciudades fueron fundadas por Catalina la Grande en el siglo XVIII.

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   El origen de la crisis se inició cuando en noviembre del 2013 el presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, decide retirarse de la firma de un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea para proceder a su integración en la Unión Eurasiática. Eso provocó las protestas de Maidan, en Kíev, que concentraron a miles de personas y que contaron con el apoyo de activistas de asociaciones vinculadas a desestabilizadores como George Soros, que ayudaron a que la protesta degenerara en pura violencia. El presidente Yanukóvich huyó a Rusia el 22 de febrero del 2014, después de dos días de altercados que costaron la vida a 88 personas. El nuevo poder, en clave nacionalista, prohibió la cooficialidad del ruso. Las protestas y los incidentes violentos entre nacionalistas y prorrusos se sucedieron en la región oriental del Donbass y en el sur. Aquello desembocó en una guerra abierta entre las provincias orientales apoyadas directamente por Moscú, y el gobierno de signo nacionalista ucraniano, dependiente de los Estados Unidos.

   El régimen prooccidental significó la separación definitiva de Ucrania y Rusia, y la pérdida definitiva de ésta como potencia mundial, como había predicho Zbigniew Brzezinski​, consejero nacional de seguridad del presidente estadounidense Jimmy Carter entre 1977 y 1981, todavía en plena Guerra Fría. Jimmy Carter | National Portrait GallerySin embargo, un deslizamiento definitivo de Ucrania hacia occidente, con su integración en la OTAN, podía provocar que Rusia se sintiese amenazada, ante el avance imparable de la estructura militar occidental en su antigua área de influencia, con armas mirando hacia su territorio. Además,  los medios estadounidenses financian y organizan ONGs que mueven los grupos de oposición y de protesta, que en una segunda oleada han dejado sentir su influencia en las revoluciones de Armenia, Bielorrusia y Kazajstán, intentando aislar a Rusia apartándola de estos antiguos aliados.

   La presidencia de Biden, miembro del Partido Demócrata, caracterizado por su belicosidad, acusó durante semanas a Rusia de posible invasión y con presiones para incrementar las fuertes restricciones económicas que ésta ya sufre desde su anexión de Crimea y su abierta política de apoyo a los secesionistas prorrusos ucranianos. La suspensión alemana de la futura apertura del Nordstream 2, acompañada de una nueva ola de sanciones económicas fueron respondidas por el presidente ruso, Vladimir Putin, con una invasión deRusia prepara una invasión total de Ucrania y la lograría en 48 horas,  según Estados Unidos Ucrania, en la cual, de momento, sólo se ven dos claros vencedores. Por una parte EEUU, que gracias a su presidente ha conseguido que la Unión Europea retire su subordinación del gas ruso para depender ahora de la fórmula licuada estadounidense, mucho más cara, y transportada en barcos metaneros. Además, la compra de armas estadounidenses se ha multiplicado en la región, y la guerra de Ucrania ha provocado una fuerte demanda de sus productos en stocks.

   Para Estados Unidos, el control de Ucrania significa el fin de Rusia como potencia mundial, la gestión de los recursos de la antigua URSS por empresas anglosajonas y el control de la Europa del Este como mercado para sus armas y gas licuado, no competitivo con el procedente de Rusia a través de su red de gasoductos. Para Rusia, el control de Ucrania significa recuperar las antiguas fronteras del mundo ruso, y reafirmar a su país como una potencia mundial, por la presencia de su fuerte arsenal nuclear. No obstante, el castigo económico seguirá Putin le dice al presidente chino que está dispuesto a negociar con Ucraniamanteniendo a una sociedad empobrecida y a un país ya entregado a los intereses chinos para sobrevivir. China es la gran ganadora, al erigirse en la única alternativa económica de Rusia. Por el contrario, la Unión Europea pierde una vez más una oportunidad de ser potencia, volviendo a su posición de mercado receptor de los productos estadounidenses.